Dos jóvenes fueron acribillados ayer por un grupo de cinco encapuchados en la colonia La Pedroza sobre la carretera que conduce a Ticamaya.
El hecho se presume que se originó por pleitos entre pandillas, dijo el comisionado policial Elvin López.
A las tres de la tarde de ayer los vecinos de la colonia se vieron sorprendidos por una balacera. En una de las estrechas calles de la localidad se estaba efectuando una matanza, una más de las tantas que ocurren en el país. Dos jóvenes que se conducían en un turismo blanco de cuatro puertas se encontraron de repente en un callejón sin salida, cuando dos automóviles los acorralaron y sus ocupantes salieron disparando una serie de ráfagas de nueve milímetros y 3.80 que al instante terminaron con sus vidas.
Los homicidas andaban encapuchados y salieron sin prisa de la escena después de cometer su abominable tarea.
Las víctimas son José Carlos Espinal Robles, motorista de 20 años, que laboraba para la empresa Leyde y José Ricardo Bueso Villeda, comerciante, residente en la colonia La Paz, de La Lima.
Este último tenía antecedentes delictivos según lo informó la Policía, pues había sido arrestado varias veces por portar armas prohibidas y por asociación ilícita.
Algunos vecinos informaron que durante toda la mañana de ayer, un automóvil rojo anduvo rondando la localidad sin pararse en un sector específico, lo que llamó la atención de ellos, pero por temor nadie se atrevió a llamar a la Policía.
Un testigo relató que de ese vehículo se bajaron los individuos encapuchados y dispararon sobre los dos jóvenes sin darles oportunidad de defenderse. En la escena se dispararon no menos de 100 balas.
También comenta el testigo que José Carlos intentó salvarse tirándose del carro luego corriendo unos metros en la calle, pero fue alcanzado por los disparos muriendo al instante; igual suerte corrió su compañero José Ricardo, quien quedó dentro del automóvil.
El padre de José Ricardo Bueso dijo que no le conocía enemigos a su hijo y que llegaba a esa colonia porque tenía allí un taller de costura, donde hacía ropa deportiva.
López reafirmó que este suceso es típico del actuar de los sicarios.
En vida
José Carlos Espinal Robles, 20 años, le ayudaba en las ventas a José Ricardo, informaron parientes de este último. Según la Policía no se le conocían antecedentes delictivos.