Un nuevo hecho violento en el que tres personas perdieron la vida y dos niños resultaron heridos de bala se registró el sábado por la noche en un solitario tramo carretero entre las aldeas Casiano y Pata de Gallina, del municipio de Santa Rita, de este departamento.
Las víctimas mortales son un agente de la Policía Nacional, su esposa y uno de sus sobrinos. Un hijo de la pareja y un nieto, ambos menores de edad resultaron heridos en el atentado.
Los fallecidos identificados como el policía Lázaro Guzmán (40), su esposa Ubaldina Martínez Velásquez (50) y su sobrino Eleazar Fernández Mejía (28).
Según dolientes, la familia regresaba de la aldea Pata de Gallina, donde se había realizado una cuadrangular de fútbol, deporte al que eran aficionados y donde estuvieron departiendo con algunos amigos.
Testigos que estuvieron en la cancha de fútbol indicaron que Guzmán, tras el partido, ingirió algunas bebidas alcohólicas y como llevaba a su hijo de siete años y a su nieta de ocho, prefirió que Fernández Mejía condujera el vehículo pick up, marca Toyota, rojo, propiedad del agente policial.
El sábado a eso de las 6:30 pm, Guzmán se acomodó en el asiento del pasajero; su mujer, los niños y otra persona a la que le dieron un aventón, se subieron en la parte trasera del vehículo.
Sin novedad, la familia salió del campo de fútbol, sin imaginarse que estaban siendo esperados por los criminales en un tramo carretero entre las aldeas Casiano y Pata de Gallina, donde no hay viviendas cercanas en un espacio de unos tres kilómetros, indicaron vecinos de la zona.
Los atacan con AK 47
Testigos indicaron que el vehículo pick up fue alcanzado por una camioneta Mitsubishi negra en la que se conducían varios hombres fuertemente armados. La camioneta se colocó a la par del pick up, desde donde varios hombres comenzaron a disparar a mansalva contra los cinco miembros de la familia, entre ellos dos niños.
Dolientes indicaron que fue una “lluvia de disparos” y que el policía ni siquiera tuvo oportunidad para defenderse.
El hombre que iba de aventón, logró lanzarse del carro y salió corriendo entre unos potreros y logró salvar su vida.
El policía, su esposa y sobrino fallecieron en forma inmediata, mientras que los niños quedaron heridos en la parte trasera del vehículo. Los sicarios huyeron tras cometer el crimen.
A eso de las 7:00 pm, otras personas que regresaban del partido de fútbol se encontraron con la macabra escena.
Al confirmar que los dos menores estaban con vida los trasladaron hasta un hospital de El Progreso, donde fueron atendidos por los médicos. Debido a las heridas de gravedad en el tórax, uno de los menores fue remitido al hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula.
Las investigaciones
Autoridades de la Policía del sector fueron alertadas acerca del hecho por una llamada telefónica. Agentes de la sección de Inspecciones Oculares de la Dirección Nacional de Investigación criminal (DNIC) recogieron más de 40 casquillos de bala de distintos calibres, en su mayoría de fusil AK 47, según informaron. El policía fallecido gozaba de sus vacaciones y se le encontró su arma de fuego.
Su esposa y sobrino también portaban todas sus pertenencias, por lo que las autoridades descartaron el robo como posible móvil del crimen.
Familiares de Fernández Mejía dijeron que la víctima era jugador del Club Deportivo Imperial y miembro de una iglesia cristiana en El Progreso, Yoro. Aseguraron desconocer los motivos del crimen pero presumen que el ataque estaba dirigido al policía, pues podría tener enemigos por su trabajo.
Lamentaron que los niños hayan sido víctimas del ataque, pues ellos no tenían nada que ver en el caso. Familiares trasladaron ayer los cadáveres de las tres víctimas hasta su ciudad de origen, donde hoy les darán cristiana sepultura.