Tegucigalpa, Honduras.
Fueron dos balazos a corta distancia que impactaron en la cabeza del joven Carlos Emilio Collier (de 20 años), cuya trayectoria Medicina Forense determinó que fue de izquierda a derecha, de adelante hacia atrás y que de forma instantánea acabaron con la vida del universitario, quien pereció el pasado 11 de octubre en la capital.
La primera versión de los hechos indicó que se trataba de un suicidio, pero conforme se hicieron las pruebas científicas, fue la trayectoria, distancia, localización y número de balazos los que determinaron que no fue un suicidio, sino un homicidio.
“La autopsia está clara, toda la trayectoria de los disparos indica que fue un homicidio. La muerte del joven Collier refleja el trabajo que debe haber en una autopsia minuciosa, donde se establecen las causas y la manera de muerte a pesar de la alteración de la escena del crimen. Toda esa prueba forense de la necropsia se complementa con la investigación policial. La prueba forense es contundente y evidencia la muerte inmediata del joven de manera homicida”, dijo a Diario LA PRENSA Julissa Villanueva, directora de Medicina Forense.
Los hechos
Los intentos de los testigos del crimen del universitario indicaban en una primera versión de los hechos que Carlos Collier se había suicidado. Fue el miércoles 11 de octubre, en horas de la noche, cuando el universatario salió de la casa de su padre en la colonia Río Grande. Eran las 10:00 pm, la emoción por ir a departir con sus amigos lo movilizó hasta la colonia Loarque, adonde llegó a la vivienda de la familia de Taufic Chahín.
Según las investigaciones, en ese lugar, Collier Núñez ingirió alcohol, hizo bromas, cantó y cerca de las 11:00 pm, él con cinco de sus amigos salieron. Buscaban abastecerse de más bebidas alcohólicas, hielo y bocadillos.
Abordaron el turismo, marca Suzuki, color azul, propiedad de James Alexander O´Connor y salieron rumbo a una licorera. Pero la alegría de pronto se convirtió en enojo, una discusión acaloró los ánimos y fue cuando uno de los jóvenes identificado como Carlos Alfredo Alvarenga Romero (de 26 años), alias Susano, quien sacó supuestamente una pistola y le apuntó al joven. El Ministerio Público lo acusó de ser el joven que disparó contra la humanidad de Collier, según lo que detalla el requerimiento fiscal.
Tras la detonación, el nerviosismo se apoderó de los compañeros de fiesta Elías Taufic Chaín Alvarado (de 28), Olga María López Ferrufino (de 22) James Alexander O’connor y José Carlos Zamora (de 19).
Modifican escena
La primera reacción de los jovencitos fue pensar qué hacían con el cuerpo, cómo ocultaban el crimen, e inventaron que su muerte obedeció a un suicidio. Para afianzar su teoría, los jóvenes llevaron el cuerpo a un basurero cercano a la colonia Río Grande y allí dejaron abandonado a su amigo. Aquí modificaron la primera escena, la del vehículo adonde lo mataron.
Uno de los jóvenes avisó al padre del estudiante, a quien le informaron que se había suicidado. El padre salió con dirección al basurero y allí cuando vio a su hijo tirado lo agarró y lo introdujo a su carro. Esa fue la segunda escena que fue modificada.
Con el cuerpo de su hijo regresó a su casa y fue él quien llamó a las autoridades. El levantamiento se hizo en el interior del carro del padre.
Tras el hecho, las dudas de lo ocurrido apuntaron hacia los cinco jóvenes, de los cuales solo cuatro se han presentado ante la justicia, y tras acudir a la audiencia inicial, la jueza número 19 de los Juzgados de Letras de lo Penal, determinó dictarles un sobreseimiento provisional.
Mientras que agentes de la Dirección de la Policía de Investigación andan tras la pista de José Carlos Zamora, quien se encuentra prófugo y se ha rumorado que se presentará voluntariamente, pero esa versión no ha sido confirmada.
El Ministerio Público informó que apelará la decisión de la jueza, porque se ha presentado toda la carga probatoria contra los cuatro jóvenes imputados por el asesinato del joven universitario Carlos Emilio Collier.
Fueron dos balazos a corta distancia que impactaron en la cabeza del joven Carlos Emilio Collier (de 20 años), cuya trayectoria Medicina Forense determinó que fue de izquierda a derecha, de adelante hacia atrás y que de forma instantánea acabaron con la vida del universitario, quien pereció el pasado 11 de octubre en la capital.
La primera versión de los hechos indicó que se trataba de un suicidio, pero conforme se hicieron las pruebas científicas, fue la trayectoria, distancia, localización y número de balazos los que determinaron que no fue un suicidio, sino un homicidio.
“La autopsia está clara, toda la trayectoria de los disparos indica que fue un homicidio. La muerte del joven Collier refleja el trabajo que debe haber en una autopsia minuciosa, donde se establecen las causas y la manera de muerte a pesar de la alteración de la escena del crimen. Toda esa prueba forense de la necropsia se complementa con la investigación policial. La prueba forense es contundente y evidencia la muerte inmediata del joven de manera homicida”, dijo a Diario LA PRENSA Julissa Villanueva, directora de Medicina Forense.
 SOSPECHOSOS: José Carlos Zamora (prófugo), James Alexander O´Connor Márquez, Olga María López Ferrufino, Elías Taufic Chahín Alvarado y Carlos Alfredo Alvarenga Romero.
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Los intentos de los testigos del crimen del universitario indicaban en una primera versión de los hechos que Carlos Collier se había suicidado. Fue el miércoles 11 de octubre, en horas de la noche, cuando el universatario salió de la casa de su padre en la colonia Río Grande. Eran las 10:00 pm, la emoción por ir a departir con sus amigos lo movilizó hasta la colonia Loarque, adonde llegó a la vivienda de la familia de Taufic Chahín.
Según las investigaciones, en ese lugar, Collier Núñez ingirió alcohol, hizo bromas, cantó y cerca de las 11:00 pm, él con cinco de sus amigos salieron. Buscaban abastecerse de más bebidas alcohólicas, hielo y bocadillos.
Abordaron el turismo, marca Suzuki, color azul, propiedad de James Alexander O´Connor y salieron rumbo a una licorera. Pero la alegría de pronto se convirtió en enojo, una discusión acaloró los ánimos y fue cuando uno de los jóvenes identificado como Carlos Alfredo Alvarenga Romero (de 26 años), alias Susano, quien sacó supuestamente una pistola y le apuntó al joven. El Ministerio Público lo acusó de ser el joven que disparó contra la humanidad de Collier, según lo que detalla el requerimiento fiscal.
Tras la detonación, el nerviosismo se apoderó de los compañeros de fiesta Elías Taufic Chaín Alvarado (de 28), Olga María López Ferrufino (de 22) James Alexander O’connor y José Carlos Zamora (de 19).
 Tres de los cinco jóvenes que son imputados en la muerte de Carlos Emilio Collier. Aparece Carlos Alfredo Alvarenga, Susano, el principal sospechoso, según las autoridades.
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La primera reacción de los jovencitos fue pensar qué hacían con el cuerpo, cómo ocultaban el crimen, e inventaron que su muerte obedeció a un suicidio. Para afianzar su teoría, los jóvenes llevaron el cuerpo a un basurero cercano a la colonia Río Grande y allí dejaron abandonado a su amigo. Aquí modificaron la primera escena, la del vehículo adonde lo mataron.
Uno de los jóvenes avisó al padre del estudiante, a quien le informaron que se había suicidado. El padre salió con dirección al basurero y allí cuando vio a su hijo tirado lo agarró y lo introdujo a su carro. Esa fue la segunda escena que fue modificada.
Con el cuerpo de su hijo regresó a su casa y fue él quien llamó a las autoridades. El levantamiento se hizo en el interior del carro del padre.
 Tatiana Núñez recibió a LA PRENSA ayer en su hogar y pidió justicia para su hijo.
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Mientras que agentes de la Dirección de la Policía de Investigación andan tras la pista de José Carlos Zamora, quien se encuentra prófugo y se ha rumorado que se presentará voluntariamente, pero esa versión no ha sido confirmada.
El Ministerio Público informó que apelará la decisión de la jueza, porque se ha presentado toda la carga probatoria contra los cuatro jóvenes imputados por el asesinato del joven universitario Carlos Emilio Collier.
