Cuando salían a buscar el sustento para su hogar, dos jóvenes, padre y madre de dos pequeños varones, fueron abatidos a tiros en el noreste de la capital.
Dos niños, uno de siete años y otro de siete meses, no volverán a gozar del cariño de sus progenitores, quedaron huérfanos debido a la incesante violencia.
Yensy Ariel Padilla Gonzales (de 24 años) y Mayra Yamileth Meraz Torres (de 30) fueron acribillados la mañana de ayer en la colonia Peniel, de Comayagüela, en la carretera al departamento de Olancho.
Eran luchadores
Según sus familiares, la pareja salía religiosamente a esa hora con dirección a Comayagüela, adonde tenían un puesto de venta de granos y abarrotería.
No habían recorrido ni 500 metros cuando sujetos, hasta este momento desconocidos, atacaron con armas automáticas la camioneta, marca Honda, CRV, placa PDS 8912, propiedad de la pareja.
Parientes del matrimonio lloran su partida.
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“Eran luchadores, habían levantado con esfuerzo su negocio y no tenían problemas con nadie”, relató con lágrimas un hermano de Mayra.
A pesar de que tenían su negocio en la séptima avenida de Comayagüela, una zona conflictiva de la ciudad, los familiares de ambos nunca supieron de amenazas contra ellos o cosas vinculadas con la extorsión.
Los cuerpos de Yensy y Mayra quedaron inertes en el interior del automotor producto de la fuerte descarga de proyectiles que recibieron. Según parientes de la pareja, ellos recién habían comprado el carro y aún no habían tramitado el traspaso legal de propiedad.
Vida de pareja
Las víctimas tenían alrededor de tres años de hacer vida marital. En ese tiempo procrearon al bebé de siete meses, que era el primer hijo de Yensy y el segundo de Mayra.
Él era originario de la aldea La Laguna, en el municipio de Concordia, Olancho. Ella nació y creció en la capital, pero sus padres son originarios del municipio de San Isidro, Choluteca.
El doble crimen ocurrió alrededor de las 7:30 am; sus familiares comentaron con pesar que escucharon los disparos, pero nunca se imaginaron que eran contra ellos.
Los restos mortales de la joven pareja fueron retirados de la morgue del Ministerio Púbico la tarde de ayer en medio del llanto y del dolor de sus seres más cercanos, quienes aseguraron que lo dejan todo en las manos de Dios.
A la escena del crimen llegaron elementos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) para iniciar las pesquisas del caso.