Elementos de la Policía Preventiva y del Ejército capturaron a un sujeto involucrado en la muerte del ganadero Teodoro García Orellana, ocurrida el sábado en la aldea El Terrerito, de esta jurisdicción. En el enfrentamiento murió otro de los supuestos homicidas.
Al saber del crimen del ganadero, la Policía se movilizó al sector y encontró a los vecinos indignados, pues el infortunado era muy querido en la aldea. A sus ochenta y un años, nunca había tenido un altercado con nadie; más bien era un hombre muy servicial, dijeron los entristecidos vecinos.
Como informó La Prensa ayer, tres individuos bajaron de la montaña a las cinco de la mañana y llegaron a la casa del hoy occiso cuando su señora ya estaba levantada. Entraron y preguntaron por don Teodoro, que aún estaba en cama.
Lo sacaron por la fuerza, le infirieron tres balazos y lo dejaron tirado semidesnudo en el piso. Enseguida amenazaron a su mujer para que no diera la voz de alarma y salieron huyendo con rumbo a la montaña.
Algunos vecinos colaboraron con la Policía y a las diez de la mañana alcanzaron a los supuestos autores del crimen. Entonces inició un intercambio de fuego.
El inspector Carlos Rubí, que dirigió el operativo, optó por reagrupar a sus elementos porque no sabía cuántos sujetos acompañaban a los homicidas.
Según él, eran cuatro, pero distribuidos estratégicamente, ya que contestaban el fuego desde distintas posiciones. Ante esta situación, el oficial reorganizó las acciones e hizo un plano del área basado en cuadrantes que fueron barriendo uno por uno. Gracias a esa táctica, a las tres de la tarde acorralaron a los homicidas. En el fuego cruzado murió Jesús Romero, 49, y su hijo José de Jesús Romero se rindió. El resto de los homicidas huyó.
'El que huyó es el más peligroso. El detenido se declaró culpable'.
Carlos Rubí,
Jefe policial de Santa Cruz de Yojoa