La vida los creó, el amor los unió y la muerte los separó, pero también los ha vuelto a unir. Pierre Bergé, quien fuera el eterno amor del diseñador Yves Saint Laurent durante unos 50 años, ha fallecido después de una larga enfermedad.
Tenía 86 años y en marzo de 2017 se había vuelto a casar, esta vez con el paisajista estadounidense Madison Cox. Era su segundo matrimonio. El primero fue con Laurent pocos días antes de la muerte del modisto.
Empresario y mecenas francés, cofundador de la casa de moda Yves Saint Laurent, eran la emblemática pareja de la moda francesa y lograron hacer la dupla perfecta.
Bergé era la mente brillante de la parte comercial en la casa de diseño y Laurent, la estrella creativa que concibió glamur y distinción.
Pierre Bergé fue siempre una voz escuchada, un referente muy seguido que deja un legado de obras y acciones impresionante, “un hombre que hacía nacer allí donde era posible la belleza y la excelencia”, en palabras del presidente francés, Emmanuel Macron.
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La colaboración de Bergé resultó imprescindible para que el modisto llegase a erigir una empresa sólida, pues ese apoyo le permitió el seguir creando y superar, sobre todo, sus crisis emocionales. “Sin ti, yo quizás no sería el que soy. Sin mí tú no serías el que eres. Este gran águila con dos cabezas que surca los mares, sobrepasa las fronteras, invade el mundo, con una envergadura sin igual. Somos nosotros. Y cuando digo nosotros, pienso ante todo que eres tú”, escribió Saint-Laurent a Bergé cuando cumplió 57 años.
Culto y refinado, la lectura era su pasión privada, de la que no participaba Saint Laurent, quien solo leyó un libro de Proust. Flaubert era su autor predilecto, pero también coleccionaba obras de poetas como Rimbaud, Baudelaire o Villon, algo que contrastaba con su carácter pragmático y su afán de poder.
Bergé se marcha con la casa ordenada, la ropa plegada y el congelador vacío. Con las finanzas saneadas y el valor de marca en lo más alto. Antes de morir tenía planeado inaugurar dos museos por Yves.