Negocios con historia: décadas de perseverancia en el corazón de San Pedro Sula

San Pedro Sula es, sin duda, una ciudad de emprendedores, donde cada día miles de sampedranos sacan adelante sus negocios a pesar de las múltiples adversidades del país.

Sobrevivir al paso del tiempo, a los embates económicos, a la inseguridad y a las nuevas tendencias no es tarea fácil. Sin embargo, tres negocios ubicados en el histórico Pasaje Valle, del corazón de la ciudad, son ejemplo de lucha, perseverancia y legado familiar.

Ubicado en el centro de la ciudad, el Pasaje Valle —considerado el primer centro comercial de San Pedro Sula desde 1948— alberga una floristería, un almacén y un restaurante que han resistido el paso del tiempo desde la década de los sesenta.

Desde 1968, la floristería de doña Estelvina Turcios viuda de Sikaffy se mantiene en el mismo lugar: justo en la entrada del pasaje, al lado izquierdo. Ella recuerda con cariño los inicios de su negocio:

“Los carros pasaban enfrente, no estaba pavimentado, enfrente estaba la farmacia Simán, punto de taxis Ávila, supermercado La Criolla. Aquí era un pasaje y estaban sembradas plantas. El pasaje estaba lleno, estaba Casa Panayotti, Bancasa, El Cairo que tenía un pantalón inmenso, Fotosula”, rememora.

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En aquellos años, una rosa costaba tres lempiras; tres rosas, cinco lempiras; y una docena con base de porcelana, 30 lempiras. Entre 1975 y 1980 comenzaron a ofrecer chocolates junto a las flores.

Otras floristerías que compartían el espacio, como Bertha de Ferrera y Valentines, ya no están.

“Tengo clientes fieles”, dice con alegría doña Estelvina, mientras corta rosas junto a uno de sus nietos.

Con el paso de los años y la llegada de nuevas tendencias, ha adaptado su oferta a ramos más modernos, como los conocidos "ramos buchones" y las flores eternas.

“Algo que me da mucha satisfacción es que ex empleados han emprendido sus propios negocios, dentro y fuera del país. Siempre me mandan fotos”, comparte con orgullo esta emprendedora de 75 años.

Otro negocio que perdura es Almacén El Rey, especializado en camisas y pantalones de marca. Conserva un registro de vendedores que data de 1966, a nombre de Fuad Gabrie. Actualmente, es la segunda generación —sus hijos— quien lidera la tienda, que cuenta con una clientela fiel de todo el país.

“La clave es el trabajo duro. La perseverancia en este negocio es vital”, afirman.

En el exterior del centro comercial, justo al lado del Pasaje Valle, se encuentra la cafetería y restaurante Pamplona, fundada en junio de 1982 por Francisco Arévalo, originario de Pamplona, España. Desde 2006, está bajo la administración de su hija, Nerea Arévalo.

Aunque ha diversificado el menú, incluyendo baleadas, chicken fingers, pollo con tajadas y alitas, ha mantenido los platos tradicionales como la tortilla española y la paella.

“Tenemos clientes que vienen todos los días, y algunos hasta dos veces al día”, comenta Nerea mientras señala los grupos de clientes, en su mayoría adultos mayores, que ya consideran el lugar como su segundo hogar.

“La clave es el servicio al cliente. Conversamos con ellos como si fueran amigos o familia”, afirma.

Uno de los meseros lleva 43 años en el lugar, y las cocineras más de 30. Actualmente, el restaurante cuenta con seis empleados y abre de lunes a sábado de 7:00 am a 6:00 pm, y los domingos de 8:00 am a 4:00 .m.

“Esperamos seguir muchos años más. Después de la pandemia ha sido difícil”, comparte Nerea.