El sector ganadero ha logrado sobrellevar un incremento de más del 35% en los costos de los insumos y sostiene los más de 200,000 empleos directos que genera en el país.
Para la ganadería y la agricultura, al igual que otros sectores de la economía, no ha sido nada fácil subsistir ante la pandemia y las tormentas que han causado grandes pérdidas con las inundaciones.
Héctor Ferreira, presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Sula (Agas), declaró a Diario LA PRENSA que no habían logrado recuperarse al 100% de las tormentas Eta y Iota y nuevamente se vieron afectados por las lluvias de septiembre y octubre de 2022; sin embargo, siguen trabajando, garantizando la producción nacional de leche y carne y cumplir con las cuotas de exportación a los países de la región.
Actualmente, la producción nacional es de 1.3 millones de litros de leche. “Desde 2020 hemos venido arrastrando golpes tanto en la parte de fenómenos naturales y en la parte económica que no han sido las más favorables, el tema de la guerra ha afectado en los costos de producción; pero seguimos siendo optimistas”.
Ferreira indicó que aunque varios productores han vendido sus animales a productores de Guatemala y México no dejan desabastecida la producción nacional de carne.
Producción
Pese al aumento de más del 35% en los costos de los insumos, los productores de leche acordaron en aquel momento un aumento de L2 diferido para no afectar de golpe el bolsillo de los hondureños con un incremento de L4, como habían calculado inicialmente.
El presidente de Agas descarta cualquier otro posible aumento en los precios. Para incentivar la producción nacional, los productores establecen que el Gobierno debería regular la ley de transporte que traslada los altos costos a los productos y por ende afecta al cliente de manera directa, además, sugieren una tarifa de energía eléctrica diferenciada para quienes producen y ser así más competitivos.
“Necesitamos producir para poder alimentar a nuestra población. Si nos enfocamos solo en la importación, aparte de dejar de ser productivos, nos volvemos dependientes de cualquier decisión internacional que pueda tomar un país en contra de nosotros”.
El ganado en pie se está vendiendo a Guatemala y México, principalmente, y en el tema de carne se está exportando a El Salvador y Guatemala y a ciertos países del Caribe.
Ferreira detalló que en lácteos, la ganadería está generando 150,000 empleos directos y en el sector de carne de 75,000 a 100,000 puestos de trabajo. Una de las preocupaciones de los líderes es la falta de mano de obra.
“La gente no quiere trabajar en el campo, ese es un tema que estamos obligados a tocar, tanto empresa privada como Gobierno para ver de qué manera podemos darle esos incentivos”, apuntó.
Ferreira sostuvo que el Gobierno sigue teniendo un importante reto, que es garantizar la seguridad jurídica y la seguridad ciudadana. Desde hace varios años atrás, muchos ganaderos estaban dejando de lado la ganadería para sembrar palma africana, pero esto ha disminuido, explicó Ferreira.
Aunque SPS se ha industrializado, la agricultura en El Merendón y la ganadería en la parte noreste, noroeste y suroeste aún persiste.
“En estos momentos ha parado un poco la siembra de palma, la gente ha sido más abierta con mantener su ganadería o destinar cierta parte nada más y no toda la finca”.
Pese al desarrollo industrial y urbano que ha tenido San Pedro Sula, Ferreira compartió que al menos 30 haciendas se resisten a desaparecer.
En octubre, la tormenta Julia dejó pérdidas de cultivos, como frijoles, maíz, banano, plátanos, arroz, caña de azúcar, palma africana y ganado, que sumaron pérdidas por 1,500 millones de lempiras, según informe del Instituto Nacional Agrario (INA).