Con la incorporación de unos 300 miembros de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) se dará continuidad al plan de apoyo que la institución había venido dando a la Policía Nacional en el combate a la criminalidad en esta ciudad.
El coronel Geovany Iraheta, jefe del Estado Mayor de la PMOP, dijo que los efectivos que serán incorporados a los operativos en calles estaban ubicados en los diferentes centros penales de la zona noroccidental, lo que había provocado que la presencia de los militares disminuyera en las comunidades, lo que trajo como consecuencia un incremento en los hechos delictivos.
Llamado
Autoridades piden a la población denunciar si son víctimas de robo, asalto, extorsión o cualquier otro acto delictivo que atente contra su vida. Utilice la línea de emergencia del 911.
“Los índices delictivos subieron en julio, pero los meses anteriores sí teníamos una disminución en comparación al año pasado de 136 homicidios menos a nivel nacional, estadística muy importante que es con base en la presencia de la Policía Militar y de las demás instituciones dedicadas al combate de la delincuencia”, explicó el coronel.
Iraheta agregó que para el caso en sectores como Chamelecón y la Rivera Hernández en San Pedro Sula y la López Arellano en Choloma, la reducción de hechos delictivos era de entre 10 y 15% hasta antes de mitad de año, porcentajes que esperan recuperar con la reincorporación de los militares en las acciones de protección a la ciudadanía.
Estrategia
Los PM reforzarán los operativos en entradas y salidas de la ciudad, así como los patrullajes permanentes en barrios y colonias. Estas dos acciones seguirán como la principal medida de las autoridades para debilitar las estructuras criminales que operan en el país.
Ayer, representantes de la Policía Nacional y Policía Militar se reunieron en Tegucigalpa para definir el resto de estrategias que ejecutarán los próximos días.
Los vecinos de zonas conflictivas de la Capital Industrial hicieron un llamado para pedir un cese a la ola de violencia que azota sus comunidades, una de ellas la colonia San Isidro de Chamelecón, donde unas 50 familias abandonaron sus viviendas tras amenazas de pandilleros de la 18.
