La inesperada muerte de cinco migrantes hondureños identificados hasta ahora tras el hallazgo de un contenedor cargado de cuerpos el pasado lunes en San Antonio, Texas, ha conmocionado a la población nacional e internacional por la magnitud del evento.
Del total de víctimas mortales, 27 eran mexicanos, siete guatemaltectos, cinco hondureños ya identificados, dos salvadoreños y otros sin aún reconocer.
Entre las víctimas de hondureños figuraron Alejandro Miguel Andino Caballero (23), Fernando José Redondo Caballero (18), Marguie Tamara Paz Grajeda (24), originarios de Las Vegas, Santa Bárbara; Adela Betulia Ramírez (25), oriunda de Omoa, Cortés; y Jazmín Nayarith Bueso Núñez (37), procedente de El Progreso, Yoro.
En las últimas horas se difundieron a través de las redes sociales las últimas imágenes que compartieron tres de los hondureños en su peligroso camino migratorio. Una joven originaria del oriente de El Salvador contó en exclusiva a LA PRENSA Premium las últimos momentos que compartió con tres de las víctimas de nacionalidad hondureña: Alejandro Miguel, Fernando José y Margie Tamara.
“Salimos con un grupo de cinco personas desde mi localidad, en el camino se iban sumando otros migrantes y al arribar a la frontera de México llegamos a las primeras bodegas, las cuales eran incómodas, con mucho sol e insalubres. Los ´coyotes´ esperaban llenar las bodegas con 300 personas para movilizarnos en camiones y tráileres”, comenzó diciendo la mujer, quien solicitó omitir su nombre por seguridad en su país.
Fue en México donde la ciudadana salvadoreña conoció a los tres hondureños, ellos llegaron a Puebla en horas de la noche y al día siguiente los migrantes fueron sacados y movilizados en camiones hasta Monterrey. Contó que a los adultos los colocaron de tal manera que llevaran sobre sus piernas a los menores de edad que andaban solos y acompañados.
Relacionada: En avión presidencial repatriarán a migrantes muertos en tragedia de Texas
“Fue en Monterrey donde tuve la oportunidad de conocerlos y conversar con ellos, al que más miré tenso fue a Alejandro, se notaba que era el líder del grupo, pero estaba preocupado y nervioso porque tenía que recorrer mucho y tenía sobrepreso. Él me contó las maravillas turísticas que tiene el país, de dónde venía, que los tres eran profesionales, pero que se miraba obligado a emigrar porque en Honduras no había oportunidades”, rememoró con voz entrecortada.
“El hemano de él (Fernando) durmió mucho, se miraba bastante descansado, mientras que la novia de Alejandro (Margie) estaba callada, solo conversaban entre ellos”, añadió mientras recordaba el episodio.
La mujer relató que al llegar a la ciudad de Miguel Alemán, localizada en el Estado mexicano de Tamaulipas y a orillas del río Bravo, empezaron a salir por grupos, eran dos camiones con 200 personas cada uno. “Allí los encargados hablaban en claves, ellos (los hondureños) se bajaron primero y después yo, desde ese momento no los volví a mirar”, dijo.
La joven se entregó a las autoridades por motivos de salud, pues dijo no estar capacitada para recorrer todo lo que implicaba el resto del trayecto hacia Estados Unidos. Fue enviada a El Salvador el pasado sábado, un día después de haberse separado del grupo donde iban los connacionales hondureños.
“Estoy segura que si no me hubiese retractado de seguir, hubiese estado en ese tráiler, ahora sé que fue la mejor decisión. Una amiga que también iba con nosotros me enseñó la noticia y fotografía de los tres hondureños cuando salió que habían muerto, me dio mucha nostalgia, pues Alejandro decía que todo lo que hacían era por sus familias”, concluyó comentando.
El vehículo donde se transportaban los migrantes llevaba matrícula de una empresa estadounidense de Alamo, Texas, la cual ha negado que fuera de su propiedad.
Después de esta tragedia, México, Estados Unidos, Guatemala y Honduras acordaron “trabajar de manera conjunta” para apoyar a los heridos y las familias de las víctimas, así como cooperar en la investigación “para llevar a los responsables ante la justicia” y “establecer un grupo de acción inmediata para intercambiar información y trabajar de manera coordinada para desmantelar las redes de traficantes de personas”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a fortalecer la lucha contra “una industria criminal que genera varios miles de millones de dólares”.