Sabá, Colón. La preocupación por la incidencia de casos de dengue en esta ciudad mantiene alarmadas a las autoridades de Salud, sobre todo porque en el país ya se registran más de 12 personas que han fallecido por esta enfermedad, el último un menor de ocho meses en Yoro.
Uno de los lugares en los que se concentrarán será en el cementerio general, pues han detectado grandes criaderos de larvas del zancudo transmisor, debido a las fuertes lluvias.
El cementerio local está ubicado en una zona céntrica y pone en peligro a varias colonias de ese sector, en el lugar se han colocado ovitrampas para ver la cantidad de larvas que hay.
Santiago Murillo, técnico de Salud, informó que intervendrán constantemente los lugares para evitar los criaderos de las larvas del aedes aegyptis. “Hemos detectado que el cementerio es un lugar propicio para los criaderos de zancudos por la gran cantidad de recipientes que llevan los familiares de las personas que están sepultadas ahí”, comentó.
Trabajos de campo
Los técnicos de Salud llevan las herramientas para perforar los floreros y otros recipientes que acumulan aguas lluvias.
En años anteriores el cementerio se convirtió en el mayor criadero de zancudos, lo que ocasionó el aumento de malaria y dengue en zonas aledañas.
Elías Fúnez, coordinador del programa de malaria en este municipio, informó que además del cementerio, también se están interviniendo las llanteras y talleres mecánicos que son otros lugares donde son potenciales criaderos de zancudos.
“En la actualidad no tenemos casos de dengue hemorrágico y pocos de dengue clásico, pero estamos haciendo acciones para que no se presenten más casos, ya se realizan operativos de limpieza y educación en varias zonas”.
Las autoridades del Ministerio de Salud pidieron a la población que lleva floreros y otros recipientes al cementerio que les hagan un agujero para evitar que acumulen aguas lluvias.
Según el doctor José Antonio Samara, especialista en pediatría y asesor clínico del Programa Nacional de Dengue, el aumento de casos en el país es preocupante, ya que apenas se está a la mitad de los meses críticos.
“Los meses de junio, julio y agosto son los meses que siempre han alcanzado los picos más altos en los últimos diez años”, manifestó Samara.
