Las escuelas Proheco de El Progreso ya están siendo presa del sectarismo político. Manejadas por Asociaciones Educativas Comunitarias, Aeco, conformadas por padres de familia de cada sector, el color político se hace presente en la comunidad de El Porvenir, adonde un grupo de diez maestros con contratos firmados por intermedio de un diputado se presentaron al centro educativo a sustituir a sus colegas, que tienen doce años de estar laborando allí.
La disputa ha dado como resultado que los nuevos no pueden entrar a las instalaciones y los anteriores no quieren dejar las aulas. Según los protagonistas, el legislador Alberto Gámez, nacionalista, presionó para nombrar a los nuevos maestros sin comunicarlo a la Aeco de El Porvenir. En medio han quedado los 317 niños, atónitos, y sin comprender la pérdida de tiempo.
Fuimos elegidas por la nueva directiva de la Aeco, y ésta fue elegida por la comunidad de El Porvenir; sin embargo, llegamos con la sorpresa que no podemos impartir las clases porque los maestros que estaban el año pasado se niegan a abandonar las aulas y no contamos con mobiliario, documentos, ni la asistencia de los niños, ya que parte de ellos están recibiendo las clases al aire libre, explicó la nueva directora Belida Palma.
Su versión choca con la opinión de la otra directora, Lourdes Ochoa: Lo que pasa es que algunos padres de familia están molestos porque estamos cobrando diez lempiras semanales para pagar la seguridad porque somos la única escuela Proheco que cuenta con laboratorio de computación. Anteriormente dejábamos solas las instalaciones y los ladrones nos robaban todo, ahora no tenemos ese problema, adujo Ochoa.
La junta directiva vigente de dicha escuela se pronunció a favor de los maestros que no tienen contrato -los anteriores- y dicen que prefieren que ellos impartan las clases porque no quieren que los políticos metan sus manos en los estudios de los niños. Exigimos que lleguen a un acuerdo, no es justo que los niños sean los afectados por contratos firmados o no, acusó Nelsy Castillo, presidenta de la directiva de la Aeco El Porvenir.
Estos centros escolares son, en suma, un modelo alternativo de administración de servicios educativos con participación comunitaria, que opera como parte del sistema educativo formal y como respuesta del Gobierno para atender con efectividad la problemática de casi 175,000 niños excluidos del sistema en zonas rurales de extrema pobreza.