17/04/2024
06:57 PM

Hondureña reclutada por Duke sueña con llegar a la WNBA

Amaya Finklea Güity de 22 años de edad lucha por convertirse en un ejemplo a seguir.

Nueva York, Estados Unidos

Una figura de origen hondureño esta emergiendo en el baloncesto estadounidense, una fuerza que ha brillado en la Universidad de Syracuse, tanto en lo académico, como en lo deportivo.

Su nombre es: Amaya Finklea Güity (22), la espigada pivote de 1 metro y 93 centímetros, conversó en exclusiva con Diario La Prensa, sobre su deseo de jugar en la WNBA o en Europa, mientras lucha por convertirse en un ejemplo a seguir para los jóvenes hondureños.

“Inicié a jugar cuando tenía tan solo 10 años, todo empezó porque era alta y se me propuso unirme a un equipo, para ver si me gustaba, me enamoré de este deporte y desde entonces, he continuado jugándolo', comenzó explicando.

Y añadió: 'Después de tres años, me di cuenta de que era muy buena, al llegar a la secundaria noté que tenia la capacidad de destacarme en el baloncesto universitario y mas allá, como puede ver ha dado resultado y he podido jugar colegial, además, tengo la seguridad que podre destacarme profesionalmente'.

Amaya no solo era una buena jugadora, fue considerada una de las mejores 40 de los Estados Unidos, dentro de la clase del 2017 y como resultado de ello, fue reclutada por la Universidad de Syracuse, de donde se estará graduando próximamente de Ingeniería en Ciencias de la Computación.


Foto: La Prensa

La joven aspira a llegar a la liga profesional de baloncesto de Estados Unidos.

Académicamente este logro solo representa un paso, ya que, tanto en la educación como en el deporte, seguirá buscando otros niveles, así como se lo ha inculcado su madre.

Doña Paula Güity, madre de Amaya juega un rol fundamental en esta historia, desde muy temprana edad busco a través de mucho sacrificio y empeño, brindarle a su hija la oportunidad de practicar deportes.

De paso se convirtió en su fan numero 1, realizó las funciones mánager, mentora, motivadora y cualquier función que fuera necesaria para lograr el sueño, el cual continua materializándose ante sus ojos, sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer.

“Mi madre siempre ha querido lo mejor para mí, nunca le importó en realidad que era lo que deseaba hacer con mi vida; ella igual me apoyaría, siempre ha dado el 100% para auxiliarme, somos ella y yo, hemos sido un grupo muy unido, su misión ha sido ayudarme a lograr mis objetivos', señaló la chica.

'Durante mi niñez no había un plan, era una niña que hacia lo que le hacia feliz, jugaba baloncesto e iba a la escuela, ella solo quería que yo descubriera lo que deseaba hacer, jugué futbol, fui porrista y baloncesto se volvió mi pasión”.

Ante la eminente obtención de su primer titulo universitario, acompañado del éxito deportivo a nivel colegial, Amaya dejó muy claro que su objetivo es seguir jugando la oportunidad de llegar a la WNBA o marcharse a Europa y continuar disfrutando del deporte.

Una vez que terminé con mis estudios me gustaría jugar en la WNBA, si no se da buscaría una oportunidad de jugar en Europa, si la oportunidad de ser un atleta no se da, pues trabajare de lo que he estudiado, trabajar como ingeniero o abrir mi propio negocio', expresó.

Y siguió contando: 'Pero quiero pensar en que podré jugar, no tengo un equipo favorito, sería feliz nada mas con la oportunidad de ser parte de la mejor liga del mundo, si lo logro sería maravilloso, sería tan excitante, pero si no pasa aquí en Estados Unidos; algunas puertas se abrirán en el extranjero”, confió la estrella colegial del baloncesto.


Foto: La Prensa

Amaya nació en Boston, Massachusetts, pese a ello su corazón se llena de orgullo y satisfacción al representar a Honduras, una situación que no toma a la ligera, muy al contrario, lo hace con gran responsabilidad, su ilusión es que muchos jóvenes puedan ver en ella a un ejemplo a seguir, puedan luchar por sus sueños y alcanzarlos.

Es una gran oportunidad, me siento muy agradecida por esta posición en la que estoy, cada día intento representar mi cultura de la mejor manera posible, si puedo ser un ejemplo por seguir para ellos, me haría sentir orgullosa, espero continuar por esta ruta, motivarles a luchar por sus objetivos, de la misma manera que luchare por representarles dignamente', dijo.

En el ocaso de una linda aventura en la Universidad de Syracuse, apareció la opción de continuar sus estudios universitarios y formar parte de uno de los programas deportivos mas exitosos del país, fue así como, Finklea-Güity tomó la decisión de unirse al quinteto de la Universidad de Duke, donde sacara una maestría y de paso buscara elevar su nivel de juego para lo que será su carrera profesional, ya sea en la WNBA o Europa.

“Con la situación del COVID-19, la NCAA brindó a todo el mundo la oportunidad de permanecer un año mas en las universidades para jugar colegial, por lo que me motiva la idea de alcanzar mi masters, hablé con varias escuelas y Duke, con quien tuve una gran conversación, me hicieron sentir que ese era el mejor lugar para continuar, me emociona por lo educativo, porque podré trabajar en mi juego y levantar aun mas mi nivel”, aseveró.

Duke representa uno de los programas mas exitosos en la historia del baloncesto colegial en Estados Unidos, el interés mostrado por ellos para reclutar a nuestra compatriota podría traer dividendos positivos para ambos.

Amaya espera con ansias el momento de saltar a la duela y lucir la camiseta de los “Blue Devils”.

Creo que jugar en Duke me ayudará mucho a alcanzar mi objetivo de jugar profesionalmente, estoy emocionada por integrarme al equipo, he hablado con los entrenadores, con algunas jugadores y me gusta como me han hecho sentir”, concluyó.