Lgrave situación de más de 800 millones de hermanos hambrientos, según John Carlin (de El País semanal) puede deberse a ocho factores desencadenantes:
1) La incompetencia o corrupción de los Gobiernos de los países pobres. Se trata de gobiernos autoritarios que se perpetúan en el poder, instalados ilegalmente, ignorando las necesidades del pueblo y con empresas extranjeras explotan a la gente y recursos naturales impiadosamente. 2) La poca fe de los grandes países capitalistas en el libre mercado. Los poderosos que presionan a los débiles para imponer las reglas del libre mercado, son los primeros en subsidiar a industriales y productores de su propio país, para fijar precios y condiciones de venta a su arbitrio, perjudicando así a los países más débiles.
3) Las guerras y la inseguridad general. Las guerras desplazan a la gente de sus tierras ancestrales, destruyen la infraestructura alimentaria y bloquean el acceso físico a los alimentos de otras partes. 4) Dan pescado cuando hay hambruna, pero no enseñan a pescar cuando no lo hay. Los países ricos responden bien cuando sucede una catástrofe, pero no han creado las condiciones para que los problemas del hambre endémica desaparezcan. O no lo han hecho con el empeño necesario.
5) Hay amores que matan y gente que se acomoda a la supervivencia cómoda. Algunos países pobres reciben importante asistencia alimentaria durante un tiempo prolongado, pero no cambian sus hábitos de vida. De ese modo su gente va perdiendo la costumbre de trabajar y de cultivar sus tierras. Su subsistencia no procede de su propio trabajo, sino del camión semanal de reparto de comida. 6) Las enfermedades. La malaria, el sida y la tuberculosis causan hambre. No es sólo que el hambre cause enfermedad. Porque cuanto más enfermo de malaria esté un señor menos posibilidades tendrá para trabajar en el campo y alimentar a su familia.
7) El determinismo geográfico. El clima y otras fuerzas inevitables de la naturaleza pueden influir de manera decisiva en los hábitos alimenticios de la gente. Los países donde hay hambre son los países calientes de la tierra, los que están situados entre las latitudes de los trópicos. Estos países son a su vez más vulnerables a sequías o inundaciones que los países del norte. 8) La caridad comienza por casa. El hambre es sencillamente la pobreza llevada a su máxima expresión. Con lo cual, lógicamente, hay que combatir la pobreza, hay que dar a la gente los medios y las condiciones para que puedan enriquecerse. Esto supone abordar los siete problemas ya mencionados, sin excluir una cooperación internacional justa, responsable y enfocada con sensatez.