Como una de las mejores noticias del año ha sido calificada la iniciativa de suprimir el pago de la prima en la compra de vivienda que beneficiará a miles de familias si con ello, además, se logra la simplificación y agilización en los trámites para la obtención de permisos. Construcción de viviendas es otra de las tareas pendientes, pues son centenares de miles de familia las afectadas por el déficit. Además, el sector construcción, habitacional e infraestructura, absorbe una gran cantidad de mano de obra, otra meta en el limbo que hace crecer el desempleo y convierte los recursos en gasto, no en inversión.
Nunca es tarde si la dicha es buena dicen en el pueblo por lo que el 0% en la prima será un fuerte incentivo para dejar la ilusión y tocar la realidad que muchos anhelan: tener una vivienda propia con financiamiento equilibrado a los ingresos. No hay que hacerse demasiadas ilusiones como la de aquel funcionario que para impulsar la imagen oficial aseguró que era solución para los pobres. No hay tal, es para trabajadores y especialmente para jóvenes matrimonios con experiencia negativa en el alquiler que hay que pagar.
Tras conocer la noticia las oficinas del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi) recibieron a numerosas personas que deseaban conocer las favorables condiciones para la obtención del préstamo destinado a la adquisición de vivienda. Una cuenta bancaria o la afiliación a una cooperativa será la documentación necesaria para la solicitud del crédito.
Claro que el proceso en su camino requerirá de la labor municipal, pues en el plano todo puede estar muy ajustado, la aprobación del préstamo debe ser oportuna, las obras y hasta la entrega de la casa debe ir acompañada de la instalación y crecimiento de los servicios básicos y no dejar para el día después la infraestructura vial, la instalación de la red eléctrica y el servicio de agua potable. Las gestiones de los gobiernos locales deben ser respaldadas desde el primer momento por el Gobierno central, que ya hace cálculos de construcción de unas 10,000 viviendas este año. Tal como se ha presentado la iniciativa hay que recordar que sobran quienes saludan con sombrero ajeno.
Ilusiones muchas, necesidades más, por lo que no solo hay que echar a andar el proyecto, sino acompañarlo para que se logren los objetivos y se alcance la meta de reducir sustancialmente el déficit habitacional abriendo puertas de esperanza a matrimonios jóvenes que pueden otear en el horizonte la ansiada propiedad de la casa para ellos y sus hijos. Tener una casa es gran satisfacción y firme confianza en un hogar donde los hijos vivan un presente y no teman al futuro.