Son tan profundos y extensos los vacíos en las instituciones del Estado y son tan visibles las ambiciones personales con el escudo de la impunidad que la desconfianza brota como la mala hierba en todo tiempo y lugar sin que haya indicios de arreglar lo eternamente descompuesto a la sombra del “hoy por ti, mañana por mí”. Y así vamos anhelando lo escasamente favorable para la sociedad, pero, al fin y al cabo, sumamente beneficioso para el orden y la convivencia.
Sorprendió recientemente la publicación de la acción de los agentes de la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT), para favorecer la vialidad en aquellas zonas más conflictivas en la Capital Industrial del país. ¡Quién lo iba pensar! Mal estacionado el vehículo, recado para el dueño que puede sorprenderse e, incluso, enfurecerse, porque hasta hace poco cada uno hacía lo que quería en las céntricas calles de la ciudad.
Puede parecer un criterio u apreciación inocente, porque entre las muchas carencias para la convivencia sana e imagen de la ciudad se halla la escasez de lugares para estacionamiento. Lo que resulta explicación no justificación para seguir abusando de aceras, estacionamiento en doble fila o en calles y bulevares limitando el espacio de circulación. Todo ello agravado con el más grande o el más fuerte por sus “padrinos” lo que degenera en pandemónium.
La solución que es elemental en ciudades de nuestros vecinos o en las grandes urbes de grandes países no es otra que el “ticket”, esquela en nuestro lenguaje popular, en el vidrio de enfrente para que se entere el conductor. No hay que hablar, menos discutir y mucho menos lo del “arreglo”. Eso sí, “fueron unos minutos”, suficientes para infringir la ley cuyo cumplimiento es obligatorio para todos, aunque bien conocemos cómo la ley y la justicia andan en pañales, pero bueno es resaltar algunas decisiones sumamente favorables y sin tintes políticos ni de grupos especiales.
El jefe de la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito señaló que ya han multado a diez mil conductores. “Hemos sancionado a más de cien conductores en un solo día por estar mal estacionados”. No hay espera para “cobro” in situ, sino en bancos o, pensando que se olviden, cuando llegue el pago anual de acuerdo con la terminación de la placa. Hoy con honestidad y responsabilidad todo queda en los espacios que, como dicen los chavos, se sube a la nube y está disponible por “siglos”.
En vialidad llega la modernidad que se refleja también en el tratamiento ordenado y ágil a quienes necesitan renovar el permiso de conducir o aquellos más jóvenes que lo obtienen por primera vez. Hay espacio para hacer renacer la confianza que tanto necesitamos.
