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Profesión
de alto riesgo

  • 24 mayo 2023 /

    Celebramos hoy en Honduras el Día del Periodista. Una profesión noble, indispensable para mantener sano el tejido social, para la preservación de la democracia y las libertades individuales y colectivas, pero que hoy enfrenta retos más que complejos ante individuos, gobiernos y sistemas, y esto a nivel global, que buscan el control de la opinión pública para mantener en secreto todo tipo de transas y corruptelas que les permiten mantenerse en el poder para sacar el mayor provecho personal o grupal.

    La búsqueda, difusión y defensa de la verdad nunca ha sido bien vista por aquellos que se benefician de la falta de transparencia en el manejo de la cosa pública o toman ventaja descarada de ella; los que han optado por la tiranía como modo de gobierno, entre ellos.

    De hecho, una buena medida para definir la presencia o ausencia de vida democrática en un país está directamente relacionada con la presencia o ausencia de libertad de información. Es típico de una dictadura la búsqueda del control de los medios masivos de comunicación; cosa que hace por medio de la compra de conciencias o con el cierre descarado de las radioemisoras, canales de televisión o diarios impresos o digitales que ponen en evidencia sus despropósitos o acciones ilegítimas.

    El poder de los medios es indiscutible, y la labor que desarrollan los periodistas es temida por aquellos que están acostumbrados a actuar en la sombra o practican una conducta poco ética.

    El llamado Cuarto Poder lo es porque es capaz de influir en la sociedad de tal modo que puede promover los cambios o poner la lápida a las libertades. El segundo de los casos se da cuando un régimen usa ese Cuarto Poder como “longa mano” y la pone a su servicio, o cuando monopoliza su propiedad.

    Hay también otros grupos que aspiran a controlar los medios y buscan silenciarlos. La cantidad de periodistas asesinados en América Latina no ha dejado de incrementarse, y las órdenes para que se ejecuten esos crímenes han sido dadas por gobiernos o grupos delincuenciales que quieren callar las denuncias y no se evidencien sus atrocidades.

    Hoy por hoy, para ser periodista no solo se requiere capacidad comunicativa o cultura general, además de muchas otras competencias, sino, también, valor. Hace falta ser valientes para investigar, para denunciar, para poner el dedo en la llaga que supura y huele mal. Pero es necesario hacerlo, sin duda.

    ¡Felicidades, valientes periodistas de Honduras!