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¡Más que oferta!

  • 22 abril 2020 /

    Lleve uno y le regalamos tres, o pagamos porque compren. Esta insólita invitación que puede sonar descabellada se vivió el lunes pasado en el mercado petrolero norteamericano, asfixiado por la producción, sin casi capacidad de almacenamiento y con los contratos para mayo que vencieron ayer martes. Las restricciones de movilidad y la parálisis de la actividad económica tumbaron a quienes hacían temblar a la mayoría y llenaban las bóvedas de unos pocos.

    Aunque hay varios mercados de referencia en la cotización, la tendencia al descalabro es similar, con una caída histórica: 60 dólares a principios de año, 18 dólares el fin de semana y cifras negativas ayer. Es decir, pagaron por deshacerse del petróleo, muy caro de almacenar. El dato es histórico, pues la cotización más baja se había situado en 10 dólares, nunca en números rojos.

    La crisis sanitaria hundió los precios de los carburantes. Pese al reciente acuerdo de los países exportadores y asociados para la reducción de 10 millones de barriles diarios en la producción, el hundimiento del mercado fue inevitable, aunque ya la desaparición de números rojos indica la ruta de una muy débil recuperación.

    La Agencia Internacional de Energía califica el mes como “abril negro” para el mercado petrolero, sobre el que señala que “en unos días, cuando echemos la mirada atrás, veremos que 2020 ha sido el peor año… y, en concreto, el segundo trimestre será el peor de la historia”. Hay una visión pesimista, pero siempre queda el recurso favorable: cuando esto pase…

    Nuestro país, importador neto de productos derivados del petróleo, siente el alivio, pequeño consuelo, de un menor peso por la compra de los carburantes, que podría verse reflejado también en el sector energético, no solo en la venta de los productos en las gasolineras.

    Ya escuchamos voces sobre la revisión a la baja en la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, aunque los contratos sobre los que eternamente se vive hablando de renegociación son el gran obstáculo para el señalamiento de una tarifa acorde a la cotización internacional de los carburantes. Claro que no todos los proveedores de electricidad utilizan hidrocarburo, pero la rutinaria justificación recaía principalmente sobre el petróleo, el golpe mensual.

    Recientemente nos preguntábamos: ¿seguirán los precios a la baja en las gasolineras? Sin duda, pues ni los recortes de la Opep ni la oferta rescatarán el mercado saturado, cuyos agentes, en ocasiones manipuladores, se hallan con que se agota la disponibilidad de almacenamiento, por lo cual el petróleo y sus derivados han estado el fin de semana en “oferta” y, mucho más, “le pagamos para que se lo lleve”.