14/07/2025
12:02 AM

Más allá del porrazo

    San Pedro Sula, Honduras.

    La labor de ablandamiento del terreno para el aumento en la tarifa de la energía eléctrica ha abierto un debate oportuno y necesario, pero que no debe limitarse, por el futuro de la empresa y el bien de los hondureños, a la sola consideración de los pro y los contras de las nuevas cantidades que mensualmente llegarán en las facturas.

    La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) es un lastre, reconocido internacionalmente, en la economía del país tanto por las deficiencias en el servicio, en acelerado deterioro, como por el costo en el consumo de la energía, incrementado por el uso de combustible que sigue dominando la matriz de la generación.

    El argumento para el golpe inminente es el tradicional: la tarifa no se ha incrementado en los últimos años, señalan los ejecutivos, sin embargo, el costo por combustible es un empuje mensual al alza que se lleva de encuentro el costo del alumbrado público aunque se carezca de él. En conclusión cuando no hay capacidad para emprender soluciones a los graves problemas internos se mira afuera para que los abonados financien la ineficiencia, la corrupción y contratos leoninos.

    Todo esto inmediato y sensible para los hondureños no debe opacar ni relegar el nombramiento del nuevo gerente general de la Enee, quien habrá de enfrentar los tradicionales problemas internos, pérdidas técnicas, robos, deterioro de equipo, renovación de línea de transmisión y recuperación de la matriz eléctrica con fuentes limpias y más baratas.

    Pero también habrá de hacer frente a lo que hace dos décadas se presentó como la solución del problema en la emergencia provocada por el oscurantismo, puesto que ha derivado en una grave situación para el país con riesgo, como recientemente hemos visto, de quedar atrapados por intereses de algunos. El pulso está planteado sin necesidad de que haya ganadores y perdedores, como ya se ha hecho, con visión en los intereses de país, cuyos logros serán fuente de mayores beneficios para todos, también para la inversión.

    Una economía en expansión sin trabas en la disponibilidad de energía a precios competitivos ampliará el consumo y la posibilidad de alternativas menos costosas y apegadas a los compromisos internacionales sobre el cambio climático aceptados estos días por el presidente Juan Orlando Hernández en las Naciones Unidas.

    La ruta correcta en la empresa ha de mostrarse en los nombramientos de los ejecutivos y en las próximas negociaciones de los contratos que vencen, cuyas condiciones habrán de equipararse a los suscritos con otras térmicas.

    Ojalá que el debate del porrazo que llega, no desvíe la atención de esos otros asuntos determinantes para el futuro de la empresa y el comportamiento de la economía nacional por la cual el presidente proclama en Nueva York: “¡Apúrense a invertir en Honduras!”.