26/04/2024
12:56 AM

'Infodemia”

  • 11 diciembre 2020 /

    El sensacionalismo que abunda en estos meses de la pandemia, y en el que han caído medios que solo están detrás de subir en el ranking, se ha sumado a la plaga de las “fake news” en niveles exorbitantes y con un daño a la salud física y mental que es difícil de estimar.

    Estas noticias falsas o “fake news” se propagan con una rapidez que espanta. Van pasando del Twitter al WhatsApp y no se diga del Facebook donde la comidilla siempre está lista para agregar insultos de esos que sirven de catarsis para alimentar sentimientos de odio y frustraciones, aunque también —hay que reconocerlo— para dejar ir algunas verdades feas de las que no se tienen evidencias, pero verdades al fin.

    En tiempos de elecciones, las “fake news” son usadas como parte de las estrategias para destruir al adversario. Lo vimos en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, donde hay infinidad de estudios que aseguran que esa plaga consiguió tanto protagonismo que rápidamente se esparció a otros países y con otros propósitos, usando el desconcierto como punta de lanza para lograr objetivos oscuros.

    Y en tiempos del coronavirus esas noticias falsas no solo son inmorales, sino tienen la gravedad de provocar daños a la salud, tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha bautizado a esta plaga como “infodemia” porque esta práctica de propagar noticias falsas o incorrectas sobre el covid-19 pone en riesgo la salud e integridad de las personas.

    Esta desinformación, es la queja de médicos, ha hecho que mucha gente con síntomas siga la ruta de los remedios sin sustento científico, poniendo en riesgo sus vidas. Además, generan confusión y estrés que son el combustible de quienes tienen un camino de angustia ya recorrido.

    La peor parte es haber difundido que el virus era inexistente a través de redes sociales, en publicaciones no verificadas y hasta usando videos, lo que ha tenido tanto impacto negativo que aún ahora, con cifras de fallecidos que pasan del millón y medio en el mundo, demasiada gente insiste en ignorar las medidas sanitarias.

    Detrás de estas “fake news” hay ganancias a través de la monetización por visitas a los sitios que las difunden, intereses políticos o puede tratarse de bromas, pero es necesario que el público esté consciente del daño que hacen, que actúe con responsabilidad y no contribuya a expandirlas con un retuit o un “like”. La recomendación es tener prudencia y saber elegir dónde informarse porque, en este caso, la desinformación puede llevarnos a la paranoia o a la muerte.