30/03/2023
12:45 AM

Fraude y flojera

    Los fraudes han mostrado a lo largo de los siglos la picardía, la sinvergüenzada y el robo de propiedad en materia delictiva usada para conseguir aquello que por la vía recta, legal y decente no se logra.

    También puede abarcar la haraganería y flojera de quien echa manos de lo ajeno para decir soy “listo”. Lo que de siempre se calificó de plagio ha adquirido la categoría de epidemia sobre la que han hecho sonar alarmas centros universitarios de primer nivel.

    El “copy page” queda en el recuerdo con el desarrollo de la inteligencia artificial y los programas capaces de proporcionar búsqueda y material de investigación encaminado a la elaboración de tareas, ensayos y hasta tesis para graduación.

    Aquellos días de buscar libros en el archivo de la biblioteca, solicitar su préstamo y leer con detenimiento para aumentar, consolidar el pensamiento y fortalecer los argumentos propuestos en el trabajo de investigación se sienten ya tan lejanos como el libro abierto en las manos para la lectura tranquila con papel y bolígrafo para anotaciones.

    Hace tres meses una organización en el desarrollo de la inteligencia artificial proporcionó un programa gratuito disponible en línea, puerta abierta para generar información a la menor insinuación o señal del usuario.

    Todo ello comprensible, pero no justificativo, en generaciones que reciben calificativos de acuerdo con el menor esfuerzo y sacrificio para realizar sus labores. Así a los nacidos después del año 2000 son la generación de cristal por considerarlos inseguros, débiles y con alto nivel de intolerancia a las críticas.

    La alarma ha sonado y la alerta llega a los centros superiores para detectar e identificar los textos proporcionados por el programa y aquellos otros materiales ofrecidos en la interactuación de la persona que ingresa al chat con sólo utilizar la llave, el correo electrónico.

    La universidad de Stanford ya ha lanzado su ofensiva para facilitar a los maestros y catedráticos detectar la copia y así poner un alto a lo fácil, a lo cómodo y al plagio al suave y fácil toque en una tecla.

    Lo que fue presentado como herramienta tecnológica se ha convertido en fuente de fraude, pero el mayor riesgo y peligro se muestra en el daño a la capacidad de análisis de los estudiantes, limita la comprensión de los contenidos y anula de raíz la creatividad, pues todo se presenta a “pedir de boca”.

    El sistema educativo nacional en todos sus niveles lleva años de retraso, pero como señala la sabiduría popular, “lo malo se pega más rápido que lo bueno”. El desafío está planteado, ignorarlo es abrir las aulas a mayor flojera y fraude.