12/01/2025
11:32 PM

¡Emergencia nacional!

    Nuevamente, nuestro país, tanto en el norte como en el sur, está siendo golpeado y afectado por fenómenos climáticos que provocan pérdida de vidas, damnificados, daños materiales, evidenciando nuestra alta vulnerabilidad ante los embates de la naturaleza, a lo que contribuyen deficiencias y carencia de estrategias y políticas de carácter preventivo que anticipen el paso de huracanes, tormentas, sismos, con prontitud y eficiencia, actuando de manera coordinada.

    En otras naciones, ante tales hechos, ocurren movilizaciones integradas por socorristas, militares, policías, bomberos, debidamente equipados y entrenados, acompañados de voluntarios (as), en un común esfuerzo que contrasta con nuestra actitud de respuesta, posterior a los desastres.

    Incluso, en ocasiones, somos meros espectadores y no participantes, adoptando actitudes de indiferencia y pasividad antes que ofrecer activamente la debida solidaridad en pro de nuestros compatriotas, prevaleciendo el sálvese quien pueda.

    El modelo extractivista vigente, la tala e incendio creciente de bosques, la destrucción de humedales, la invasión por ganaderos y narcos de reservas forestales para dedicarlas a ganadería y cultivo de marihuana y coca, provocan erosiones, deslaves. La extracción ilegal de arena de los lechos de los ríos, la falta de mantenimiento y debida construcción de bordos, contribuyen a los desastres ecológicos que pasan factura más temprano que tarde.

    Tales actitudes suicidas deben cambiar, caso contrario, nos dirigimos hacia la autodestrucción y la transformación de Honduras en país semi desértico, estéril, inhabitable.

    En esta coyuntura, no es la ocasión para actividades de carácter político partidario o corporativo; debemos centrarnos en lo humanitario, priorizando las ayudas y bienestar de los que hoy experimentan los embates de la tormenta e inundaciones, actuando al unísono gobierno, empresa privada, sociedad civil, con adecuada capacidad ejecutiva.

    Tampoco debe ser la oportunidad de aprovecharse de las ayudas de los necesitados para hacer negocios particulares, como, desgraciadamente ha sido costumbre inveterada en nuestra Honduras.

    Ante la magnitud de lo que hoy está ocurriendo, debemos socorrer con donaciones de víveres, vestuario, medicamentos, a nuestros compatriotas hoy sufriendo las consecuencias dramáticas de la tormenta tropical, particularmente visible en los departamentos de Gracias a Dios, Colón, Islas de la Bahía, Atlántida, pero con alto impacto en todo el territorio nacional.

    Hoy por ti mañana por mi. Manos a la obra, sin dilaciones ni vacilaciones.