18/04/2024
07:55 PM

Emergencia e importante

    El continuo y masivo éxodo hacia el norte exige mucho más que fallidas regulaciones de fronteras abajo, muro e intransigencias arriba y discursos retóricos en los escenarios donde se originan las ilusiones que evidencian el fiasco no pocas veces en la ruta y muchísimas en el destino donde la falta de documentación abre el camino a la explotación y cierra cada vez más la ruta a la integración plena en la nueva sociedad.

    México se ha convertido en el receptor temporal de millones de personas en espera de “pase, papeles” que se convierte en una eternidad desesperante. Muchos más se hallan en el limbo y a mayores presiones para continuar hacia el norte el gobierno azteca responde con mayor fuerza. La última evidencia fue la enésima caravana en ruta ante la parsimonia y enredos burocráticos en la entrega prometida de papeles para seguir el camino.

    Las previsiones, como en el ayer, no logran aumentar la confianza y fortalecer la credibilidad, pues cada vez que se han presentado iniciativas se han multiplicado viajes y floridas propuestas, pero ni brisa llega a la llanura. ¿Se acuerdan de aquel Plan Puebla Panamá? Organismo de alto nivel para coordinar cooperación, desarrollo e integración con el objetivo del mejoramiento en la calidad de vida, pero el fiasco queda en evidencia con el incontrolable éxodo.

    En lenguaje diplomático con honda carga eufemística echó mano de la expresión “responsabilidad compartida”. Casi nada. Ha sido instrumento de satisfacción en quienes adoptaron las palabras hace unos años, pero nada más. Las relaciones en el istmo al más alto nivel han desaparecido desde hace unos años. Del organismo legislativo regional ni se habla y solo su existencia, en provecho de sus miembros, es conocida en la repartición partidista.

    El lema de una buena administración, atender la emergencia sin descuidar lo importante, no ha llegado aún a nuestro país en el que el SOS permanente marca el ritmo con consecuencias que llegan a debilitar cada vez más la frágil estabilidad institucional y la convivencia armónica entre los hondureños. El fenómeno migratorio exige una respuesta que incluya identificar y sentar bases para un desarrollo sostenible con el aporte sustancial de la mano de obra en el país. Los señalamientos de agudización de la crisis son continuos por lo que es necesario unir fuerzas, arrinconar las distancias y unidos hacer frente a los cada vez más graves desafíos, puesto que en mayor o menor grado el fenómeno migratorio demanda coordinación efectiva para romper el círculo vicioso que condiciona los esfuerzos por un mejor nivel de vida. Hay que hacer frente a las emergencias sin relegar lo importante.