28/04/2024
01:19 PM

Educación

    “No es indicativo de que estamos bajando la calidad”, aseveración que debe esperar resultados para verificar “la apuesta” por la cantidad que es la propuesta en las próximas pruebas de aptitud para el ingreso en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Recurriendo al dicho clásico que no haya estudiante pasando por la universidad sin que ella pase por ellos, porque bien recordamos que algunos casi llegaban a adultos mayores incrustados en las organizaciones estudiantiles.

    Aunque hubo recientemente voces altisonantes para abrir puertas sin control se ha impuesto la cordura y se mantiene la prueba y a ella se une, para quienes lo necesiten, el curso propedéutico de manera que siguen las condiciones en el ingreso, no es discriminación, y se ayude a quienes lo necesiten y quieran de verdad estudiar en el nivel superior con posibilidades, aunque no sean muchas, de hallar oportunidad de empleo.

    La educación, a la que deben estar integrados los padres de familia, es un proceso regular mediante el cual la sociedad va abriendo o apuntalando el futuro, más en estos tiempos en los que por medio de la tecnología “el que no corre, vuela”. Entre nosotros no hemos comenzado a correr y por eso estamos como estamos, lo que cual no significa que sigamos en lo mismo o en retroceso.

    Con satisfacción se ha recibido el anuncio de la Secretaría de Educación de eliminar la segunda recuperación de manera que el curso acabe en la fecha prevista sin dejar colgando evaluaciones. “No vamos a dar marcha atrás. Este año solo hay una recuperación y es al cierre del ciclo escolar. Los que no aprueben sus cursos en 2024 deberán repetir grado el siguiente año”. Por fin, van hablando con claridad y los hechos irán mostrando el recorrido del largo trecho con meta a final de año.

    Hasta aquí nos hemos referido a los alumnos, niños y jóvenes con el inmenso desafío de superar etapas e ingresar en el mundo laboral para el que se necesitan los estudios, cuyo grado óptimo lo dará la experiencia y la honradez en el ejercicio de la profesión. Del otro lado de la moneda se hallan los maestros, la mayoría con gran sacrificio diario para atender en un ambiente de precariedad a los alumnos y estudiantes. A las deficiencias del sistema hemos de sumar los cambios en la familia y en la sociedad.

    Los maestros parecen quedar solos, sobre todo en el área urbana no así en el interior donde son otros los peligros, pero se valora el sacrificio de aquellos mentores que sin medir distancia y considerar horas de desplazamientos no faltan a sus clases. Muy difícil la tarea docente por los inmensos vacíos en el hogar desde el que, en ocasiones, reclaman por exigencias a “el niño”.