09/11/2025
07:19 AM

Desempleo, herida juvenil

    Un empleo, bien vale el frío de una o muchas noches, pero el dormir en el suelo y bajo las estrellas no es garantía de una oportunidad laboral, pero como dice la sabiduría popular, no hay peor lucha que la que no se hace. Este es el resumen de una situación, convertida en crónica, a la que no se le ha dado el tratamiento adecuado con visión a corto y mediano plazo.

    El trabajo periodístico en la sección Apertura de la edición de ayer de LA PRENSA evidencia la urgente necesidad de enfrentar con decisión e inteligentemente, en el ámbito político, económico, fiscal y educativo, el desempleo, cuya reducción a cifras y porcentajes es cruel parodia de una realidad hiriente.

    “Llevamos cuatro días durmiendo en la calle”, expresa a la periodista un joven que alimenta su ilusión en el anuncio de que “van a contratar a mucha gente en la fábrica”. Ojalá fuera real, a comienzos de años, la expectativa de más oportunidades de empleo, pues cada día será mayor la presión de quienes necesitan ingresar al mundo laboral combinado no pocas veces con estudios superiores y en muchas ocasiones con responsabilidades familiares que recaen en el hombre y la mujer con hijos.

    Un trabajo, en esta época, es una tabla de salvación a la que esperan asirse miles de hondureños en este ambiente de crisis para no hundirse, no desesperarse o no tener que cruzar la frontera con destino incierto a través del interminable corredor de la muerte hacia el norte.

    Los datos oficiales, maquillados, no van de mano con el sufrimiento y desesperanza de los desempleados. “En el país falta inversión porque no hay libertad, justicia, seguridad ni confianza para atraer nuevas empresas”, explica el analista y economista Carlos Urbizo quien calcula que apenas 3% de crecimiento debiera elevarse a un 12 o 15% para que haya generación de empleo.

    No se trata solamente de detener la destrucción, la pérdida de inversión, sino la de dar el paso para recuperar el clima favorable por las condiciones internas y por la vigencia de los tratados comerciales internacionales.

    “Si queremos enfrentar el crimen, el nivel de inseguridad que hay en el país, tenemos que dar alternativas a los jóvenes; con un subempleo de más de 40%, la mayoría de los jóvenes se encuentran en situaciones muy difíciles”, señala el embajador de la Unión Europea, Ketil Karlsen.

    Las apreciaciones, las propuestas y hasta la dotación de recursos en planes pro empleo pueden generar debates y hasta pugnas retóricas o demagógicas, pero los recursos sostenidos para la supervivencia o algún grado de calidad de vida personal y familiar es un imperativo para la convivencia civilizada, el progreso y el bienestar en libertad y paz.