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10:14 AM

Por excelencia...

  • 11 febrero 2019 /

Se ha consolidado la defensa pública y se han creado nuevos juzgados, entre ellos, el móvil...

    En asuntos concretos ha avanzado la Corte Suprema de Justicia, es la apreciación del presidente del Poder Judicial, quien retrata de cuerpo entero el presente de la columna vertebral de la democracia, cuyas fortalezas y debilidades condicionan no solo la convivencia de los ciudadanos, sino el fortalecimiento de las instituciones, columnas de la sociedad. Ese fortalecimiento se inicia en los individuos, pues ya desde el mundo clásico la justicia marcaba la dimensión personal: “La justicia es un hábito del alma, observando en el interés común, que da a cada cual su dignidad”, expresaba Cicerón, pero también todo su valor en el ámbito social “lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”, primera acepción en el diccionario de la RAE.

    La justicia, teoría, tiene las expresiones más diversas, todas ellas marcadas por condiciones que explican o justifican situaciones reales, de aquí que a la hora de exigir justicia el significado de las voces son diferentes y en el momento de impartir y practicar la justicia las divergencias pueden ser abismales, de ahí a que la justicia, como ave, se posa en la ley, aunque no hay que olvidar que no siempre lo legal es lo justo.

    En reciente entrevista, el titular del Poder Judicial dio cuenta, con detalle y número, de la impartición de justicia o, lo que es lo mismo, sobre el desempeño de jueces, funcionarios y empleados para agilizar los procesos desde que se incoan hasta la resolución definitiva, después de avanzar “a trancas y barrancas” con obstáculos por medio de recursos, cuyo objetivo no es hacer justicia, sino retrasarla, con lo que al final por los tribunales o por los que a ellos acuden contribuyen a una justicia fantasma, puesto que “justicia tardía no es justicia”.

    El titular del Tribunal Supremo resaltó el programa de certificación de la utilización eficiente de recursos y del manejo de la información sobre la que, en tiempo, forma, debido proceso, deben pronunciarse los jueces en todos los ámbitos de la jurisdicción desde la primera instancia hasta el Tribunal Supremo en las salas integradas o en el pleno del máximo organismo judicial. En la elaboración de la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial hay sustanciales avances y en este mes estará listo el proyecto, de manera que en muy corto tiempo se haya modernizado el respaldo en los procesos jurisdiccionales y administrativos. Se ha consolidado la defensa pública y se han creado nuevos juzgados, entre ellos, el móvil.

    Todo ello, cuanto se pudiera decir y, sobre todo, hacer, debiera estar iluminado en la consideración permanente de que la justicia es la virtud social por excelencia, casi nada.