29/04/2024
12:34 AM

Yoro, el monte Calvario

Estamos frente al lugar más caro de visitar y el de la ruta más peligrosa de transitar.

Arturo Nolasco

La única ciudad en el Mundo con un vía crucis 2000 años después de la crucifixión de Jesús de Nazaret. Sí, Dios tenga misericordia y mande para este poblado a un San Simón de Cirene que ayude a cargar esta pesada cruz de los yoreños de Manuel de Jesús Subirana; pero estos, ya pecadores ignorando las faltas para seguir pecando.

Estamos frente al lugar más caro de visitar y el de la ruta más peligrosa de transitar, viajar por aquí es de vida o muerte. Insólito, pero a este paraje los peces prefieren llegar volando que nadando; es el Yoro llorando por sus penas, lutos y desprecios.

Es el Yoro payazo de funciones privadas y pagadas para divertir selectivamente al rufián y embaucador, que necesita de esta gente solo para el morbo y el ultraje; estamos ante el pueblo del que más disfrutan humillar, y lo más cruel aún, alardean porque tienen a sus pies, quizá al discípulo más religioso de la comarca de los lores de sangre azul.

El yoreño ya no aguanta más, pero se acostumbró al dolor: craso error, un hierro tan grande que postró en la miseria al otrora productor más grande del país de los granos básicos, café y leche. Ya tres décadas de que sus productos se quedaron sin mercado nacional e internacional porque al yoreño de sol a sol le amputaron el hígado, un riñón y un pulmón, pero aún vive…

Han pasado 35 años desde que José Simón Azcona del Hoyo cortara la cinta y daba por inaugurada la hazaña que durante sus cuatro años de gobierno gestó el doctor Roberto Suazo Córdova, quien gobernó Honduras de 1982 a 1986.

Sucedió solo una vez en la vida que una carretera fue pavimentada por la ICA de México, una empresa líder en construcción y operación de infraestructura fundada en 1947 que, en sociedad con la Chanco en Honduras, a mediados de los 80´s, además de sumar a sus trabajos a Comercial Mathews, fue que Yoro, cabecera departamental, pudo alguna vez tocar las puertas del desarrollo para que cada uno de sus hijos colocara en su plato comida con manteca.

Antes, tocando los años 60´s, José Ramón Adolfo Villeda Morales, ya había puesto de rodillas al caudaloso río Ulúa, inaugurando el que hoy es conocido como Puente “La Democracia”, para abrir a los yoreños una puerta a la gloriosa industria bananera.

Hoy, con mucha pena debo escribir que durante 35 años no ha habido ningún político con la altura profesional, capacidad, ni moral como la de esos grandes hombres liberales que, con poca comunicación, pero extraordinaria ejecución le dieron a los pueblos del arado, machete y pando, una razón para sentirse honrados de lo que son.

El Corredor Agrícola, bajo la administración de Juan Orlando Hernández y que abarca unos 238 kilómetros y en el cual se invirtieron US$127 millones, unos 3,048 millones de lempiras, conectó Tegucigalpa-Río Dulce, Limones, Catacamas y la intersección al desvío de Telica a San Francisco de La Paz, Gualaco, San Esteban en Olancho, sin dejar en el retraso a Carbón, de esta comunidad al municipio de Bonito Oriental-Corocito, para conectar a las playas, restaurantes, hoteles gastronomía, balnearios e historia del municipio de Trujillo y Puerto Castilla en el departamento de Colón.

Pero, ¿y Yoro cuándo? ¿será posible que un Gobierno, el de los 50 años en el poder, después de 35 años de abandono al pueblo yoreño, pueda presupuestar 3,048 millones de lempiras para conectar y vía carretera central, al bajo Aguán con Tegucigalpa y a Yoro con El Progreso?

De no ser posible, les informo que la ciudad Lluvia de Peces ya no tiene pavimento decente de Morazán a su cabecera departamental, la ruta por Olanchito siempre ha sido una miseria y por Marales sigue siendo una tragedia.

Está claro que todos los diputados del departamento han equivocado el camino, su norte es exclusivo, no inclusivo, los 32 millones que aprobó el gobierno hace un par de años para construir los tramos más afectados en la ruta entre Yoro y El Progreso, quedaron entre baches de El Negrito a la Rivereña, donde dos de sus diputados votaron por unanimidad para volver a ser indiferentes al discípulo más fiel de la comarca azul.