Actualmente la “Capital Industrial” de San Pedro Sula está invadida por un aproximado de 14,000 vendedores ambulantes que se han adueñados de las aceras de diferentes zonas.
Además de los que ocupan las calles y avenidas con estos negocios. Este desorden comienza desde décadas atrás y todo autorizado por las autoridades municipales de turno, por compromisos políticos a cambios de votos de los partidos tradicionales, nacionales y liberales.
Este es un fenómeno social con más de medio siglo, que comenzaron en algunos rincones de las entradas de algunas tiendas ubicadas en partes céntricas de la ciudad y que actualmente ocupan todos los espacios.
Al comienzo se les conocía por vendedores ambulantes, pues deambulaban de un lugar a otro. Pero tiempo después se volvieron totalmente estacionarios.
A este rubro le llaman economía informal, como informales han sido las autoridades municipales que además de apadrinarlos, les permiten que un solo vendedor tiene cualquier cantidad de puestos. Estos grupos están organizados hasta con el Sindicato Nacional de Comerciantes del Sector Informal de Honduras (Sincosih), entre otras asociaciones, donde estos dirigentes tienen gran influencia con las autoridades edilicias.
Las promesas de la construcción de mercados en San Pedro Sula es una vieja historia de los alcaldes de turno. Hay diferentes predios destinados para esas construcciones que han quedado en demagogia.
Entre ellos el tan mencionado megamercado próximo a las Gran Terminal de Buses, bulevar del sur, el predio donde estaba el presidio sampedrano. Ambos predios abandonados, entre otros.
En enero pasado, el alcalde, Roberto Contreras aseguró que de sus primeras actividades era resolver el problema del desorden y propagación de estos comerciantes.A más de un año de esas declaraciones siguen igual estos vendedores ambulantes informales e igual la promesa de Contreras alcalde sampedrano, en un país llamado Honduras.
