07/12/2025
11:13 PM

¿Le gusta condenar?

Ralph Waldo Emerson, escribió: “¡Es extraño que la inmensa América tenga que llevar el nombre de un ladrón, Américo Vespuccio! Este bandido se las ingenió en este mundo mentiroso para suplantar a Colón y bautizar la mitad del mundo con su nombre deshonesto”. Por años se ha acusado a Américo Vespuccio de usurpador del mérito que le correspondía a Cristóbal Colón, pensando que esta tierra se debió bautizar Colombina, o algo por el estilo. ¿Fue realmente un tramposo ávido de gloria, el comerciante y astrónomo florentino metido a navegante y aventurero el que robó a sabiendas el mérito al ilustre genovés? Al analizar los hechos encontramos que los críticos de Américo Vespuccio no solo son injustos, sino inexactos y absurdos.Para empezar, Cristóbal Colón pensó hasta el último día de su vida que había llegado al este de Asia. Nunca estuvo consciente del gran paso que a nombre de la humanidad entera, le había tocado dar a él. Américo Vespuccio hizo cuatro viajes a la tierra conocida hoy como Sudamérica. Escribió numerosas cartas a los amigos relatándoles lo que veía. Esas cartas cayeron en manos de un autor ignorante, que les agregó muchos detalles, distorsionándolas y exagerando los descubrimientos, y las publicó bajo el nombre de Cuatro Viajes. La publicación llegó a la Academia de Vosges de Lorraine, y fue leída por un joven cartógrafo alemán llamado Martín Waldesemuller, quien escribió: “Después de que esta zona ha sido extensamente explorada, una carta ha sido descubierta de Americus Vespucius, y no encuentro razón en no llamarla “Américo” por Americus, su descubridor, o por lo menos “América”, basados en Europa y Asia que tienen nombres con forma femenina”. Vespuccio murió en Sevilla a los 61 años, ignorando su inmortalidad accidental. En realidad ni intentó robar méritos a Colón, ni supo que alguien lo hiciera inconscientemente en su nombre.¿Es justo, pues, acusarlo de usurpador? Como tampoco creo que sea justo el andar por ahí acusando a la gente basándonos en simples rumores, chismes o historias carentes de veracidad.

LO NEGATIVO: Hablar juzgando con gran seguridad, basándonos en supuestos sin evidencia alguna… y acabar creyéndonoslo.

LO POSITIVO: Recordar las palabras bíblicas: “No juzguéis por la apariencia, sino juzgad por juicio justo”.