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Las tareas del embajador Moncada

  • 19 septiembre 2023 /

Se encuentra en Tegucigalpa, para ser juramentado como embajador ante el pueblo y el gobierno de la República Popular de China, el Dr. Salvador Moncada, nombrado acertadamente para ese cargo. La figura de Salvador Moncada ha llevado el nombre de Honduras a un sitial de honor grandioso cuando fue mencionado como posible Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones en la síntesis, acción y degradación del mediador biológico óxido nítrico. Posteriormente, fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias que ofrece a destacadas figuras el Principado de Asturias de España y, quizá, el galardón mayor que ha recibido es que la comunidad científica universal le colocó el sitial, por varias ocasiones, como uno de los autores más citado.

Honduras está estrenando sus relaciones con el gigante asiático que ofrece al país la perspectiva de una nueva hermandad basada en la cooperación, el respeto mutuo y los respaldos necesarios para que esta patria de Francisco Morazán se encamine por los caminos de la democracia auténtica y el progreso para todos sus habitantes.

He tenido la posibilidad de conversar con el embajador de China acreditado en Honduras y me ha expresado su seguridad de que Honduras y China puedan llevar adelante una hermandad firme que conduzca a Honduras a superar la actual situación de atraso, de pobreza y de incumplimiento con la tarea de hacer que todos los hondureños vivan con todas las garantías política y sociales, como auténticos humanos del siglo XXI.

China tiene mucho qué ofrecer a Honduras, mucho más que lo que podríamos devolver. Pero el embajador Yu Bo me ha explicado su firme voluntad de contribuir con Honduras en el plano de igualdad y del irrestricto respeto a nuestra soberanía y a nuestras aspiraciones. Me ha hablado de que Honduras puede sacar provecho de los principales planteamientos para el desarrollo de las relaciones internacionales que constituyen la doctrina del presidente Chino Xi Jinping: la iniciativa de la Franja y la Ruta, la iniciativa del desarrollo global, la iniciativa de la seguridad global, la iniciativa de la civilización global. En todos estos planteamientos del presidente Xi Jinping cabe perfectamente Honduras, para convertirse en un auténtico socio de la República Popular China que impulsa una política de amistad, de cooperación, de empuje al desarrollo global con seguridad y sin imposiciones ni invasión de nuestra soberanía.

En un artículo anterior publicado en esta columna he sugerido algunas de las áreas en las que podemos obtener la cooperación de China para el desarrollo de las bases materiales para el impulso de una refundación que conduzca a la elevación del nivel de vida de todos los hondureños con la superación total de la miseria y la pobreza. Insistí en que no tenemos que volver con la política antigua del pedigüeñismo sino asumir, con nuestro trabajo, todo aquello que nos presten para impulsar obras con espíritu honesto y patriótico y con las manos limpias de corrupción, como señal de que hemos comprendido que el camino hacia el desarrollo y el progreso nacionales debe ser pavimentado con esfuerzo tesonero y auténtico patriotismo. Los empresarios hondureños tienen mucho por ganar. Podrán aprovechar las posibilidades que ofrece China para emprender la creación de las industrias básicas necesarias para nuestro relanzamiento hacia el futuro con verdadero fervor morazanista. Deben acabarse las promesas no cumplidas por décadas de que van a impulsar la industrialización del país y empeñar sus riquezas y sus experiencias válidas en el emprendimiento de un nuevo poderío industrial que nos lleve al bienestar de todos los hondureños y así podamos convertirnos en socios confiables en el trabajo conjunto de la seguridad y la civilización global en un mundo multipolar. Hablaba yo, en mis sugerencias al Dr. Moncada, de la necesidad de construir una adecuada red de carreteras de cuatro pistas pagadas con peaje justo, de estudiar la ejecución de un proyecto de ferrocarriles interoceánicos, de un proyecto a largo plazo (unos diez años) para reforestar todo el país, de la construcción de represas para agua potable, energía e irrigación, de la ampliación y modernización de nuestros puertos y aeropuertos y de impulsar la implantación de industrias tales como la producción de acero y la transformación de nuestras materias primas para obtener mejores ganancias por nuestros productos. Y, por qué no, de la formación de jóvenes en tareas olvidadas como la herrería, el trabajo con cuero, las artesanías, la producción de porcelana y vidrio, la elaboración de chocolates, la producción de derivados lácteos, el tallado de la piedra y muchas iniciativas más.

Queda en manos del Dr. Moncada esta trascendental tarea. Confiamos en él.

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