Juan Diego Flores es una celebridad como intérprete de ópera, con su voz de tenor. Nació en Perú, Lima, el 13 de enero de 1973. Paisano de mi caro amigo, el embajador Jorge Raffo. Actualmente se le considera como una de las voces más geniales y de gran talento por su extraordinario timbre. Su fama no le ha quitado la generosidad ni el amor que ha dedicado a los niños de su país, a quienes les ha permitido entrar en el mundo de la música, como una manera de mejorar su inclusión social.
Con una carrera con actuaciones en los principales escenarios del mundo e intérprete de los más destacados compositores operísticos, con los más geniales directores, Juan Diego se ha impuesto como gran talento de la ópera con su extraordinario canto. Su generosidad, carisma y pasión son cualidades que lo distinguen en sus múltiples esfuerzos filantrópicos, además de sus aclamadas actuaciones y grabaciones. Sus estudios los inició en el Conservatorio Nacional de Música de Lima y luego fue a California y a Europa para estudiar de la mano de importantísimos y famosos maestros.
La carrera de esta estrella latinoamericana fue meteórica. Una casualidad le permitió su lanzamiento a la fama: en 1996, el joven cantante se presentó a un audición, en Pésaro, Italia, para un papel secundario en la ópera de Rosini, Ricciardo e Zoraide, para el Rossini Opera Festival. Ensayaba con mucho entusiasmo cuando aconteció que el primer tenor de la ópera Matilde di Shabran, intérprete del rol de Corradino, enfermó y tuvo que cancelar su participación. El Festival, dado que se acercaba la apertura de la temporada, buscó a alguien que lo sustituyera con la altura suficiente del titular. La ópera que se interpretaría era desconocida y por tanto era muy difícil encontrar un intérprete con experiencia y la tarea no se presentaba nada fácil. Fue entonces cuando el director artístico Luigi Ferrari ofreció el papel a un jovencísimo Juan Diego, de 23 años. Él aceptó el reto y con la colaboración de todo el personal del teatro, logró prepararse en un tiempo récord, hasta llegar al día 13 de agosto de 1996, cuando consiguió un éxito extraordinario.
Tras ese triunfo espectacular vinieron muchos más, a tal grado que Luciano Pavarotti (2003) dijo que Juan Diego Flores podría ser su sucesor en el mundo de la ópera. En 2008, Plácido Domingo, al declarar su admiración por el joven peruano expresó: “Cuando Juan Diego te canta con rees bemoles y naturales, son verdaderos, no de falsete, verdaderos agudos es el más grande tenor ligero de todos los tiempos, el máximo de su categoría. No me acuerdo de otro que haya cantado así ese repertorio tan difícil que él interpreta”.
Juan Diego cuenta con una extraordinaria voz de tenor, con un registro alto poderoso y brillante, pero él se destaca más en las coloraturas en sus personajes Idreno (Semiramide) y Corradino (Matilde di Shabran).
El 20 de febrero de 2007, logró romper la tradición impuesta por Toscanini, en La Scala de Milán, al ofrecer un bis en el estreno de La hija del regimiento, de Donizetti, cuando cantó, en el papel de Tonio, el «Ah!, mes amis». El último bis había ocurrido en 1933. Esta hazaña se repitió más tarde en el Metropolitan Opera, donde no se habían llevado a cabo bises por más de una década, y en 2012 en la Ópera de París, donde no se había hecho ningún bis desde su reinauguración, en 1989.
En una visita a Caracas, conoció el sistema de orquestas juveniles en Venezuela, hizo amistad con el joven director Gustavo Dudamel con quien interpretó, acompañado por la Filarmónica de Los Ángeles. Después de conocer el sistema venezolano creado por el maestro Antonio Abreu, fundó su propio sistema en Perú para formar coros y escuelas que ahora cuentan con unos 7000 estudiantes con el fin “de desarrollar sus habilidades musicales, fortalecen su autoestima, aumentan su gusto por el trabajo en equipo, generan hábitos y actitudes positivas que los enriquece y transforma sus vidas”. Por esa labor fue designado embajador de buena voluntad por parte de la Unesco.
Escribo esto para que nuestros jóvenes, en vez de escuchar esa música aberrante llamada rap, sepan que hay otras ofertas clásicas que enriquecerán sus mentes y sus espíritus.
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