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Inteligencia artificial

  • 28 mayo 2023 /

Desde los inicios de esta civilización el humano ha buscado cómo facilitar sus labores. Siempre ha inventado para mejorar su existencia. Del fuego, a la rueda, a las alas, al bombillo eléctrico.

La inteligencia artificial (IA) es la cúspide de esa búsqueda (hasta el momento).

Una máquina capaz de pensar y racionalizar como humano hasta el grado de sustituirlo en algunas labores, era el sueño tecnológico más preciado. Pues ya estamos en la cima del conocimiento humano, la IA está presente.

Y en este momento que ya se conocen sus alcances y expectativas futuras, algunas voces empiezan a enviar avisos de cautela y precaución por lo logrado. Demasiada inteligencia. Demasiado poder en una máquina. Más allá de los efectos sobre el mercado laboral, las profesiones, el estudio de las ciencias, existe un temor mudo que unos pocos empiezan a resaltar, sobre lo que antes solo se observaba en películas, el verdadero peligro que pueden significar las máquinas sobre los seres humanos. Mataron al tigre, pero ahora le tienen miedo al cuero.

La IA refleja muy bien la época que vivimos. El Santo Grial. Nos hemos desvivido y despersonalizado por lo que reluce como el oro. La existencia ya no se trata de buen vivir, de vidas honorables, de la búsqueda de satisfacción personal bien merecida. Ahora hay que ostentar. Riquezas, posesiones, marcas, vidas licenciosas disfuncionales, extravagancias. Ahora hay que sobresalir a como dé lugar. Un minuto de fama justifica cualquier costo. La gente tiene una necesidad asfixiante de ser vista, de ser reconocida, de ser importante.

Así que la inteligencia artificial cae como anillo al dedo en estos tiempos de despersonalización. Una inteligencia libre de sentimientos en una civilización sin sustancia, sin bondad. Expulsamos la humanidad de nosotros. Ahora eso se considera un lastre en las aspiraciones personales. Demuestra debilidad. Y como afuera todo es una guerra, hay que salir avasallando, pisoteando sueños, arrebatando lo que queremos, sin piedad por los demás, matando inclusive. La vida de una persona no vale nada. Es tiempo de ser violentos.

¿Temor a la inteligencia artificial? A quien hay que temerle es al humano, a su corazón endurecido y marchito.

En nuestro país el peligro es otro. Tenemos décadas de estar escogiendo las personas equivocadas para que nos gobiernen. Azules, rojos, rojinegros, verdes, amarillos. Una clase política que usan la vulgaridad y el populismo como anzuelos de tontos. Y lo peor es que les funciona.

Aquí el verdadero peligro es la ignorancia no la inteligencia artificial. Ubiquémonos.