La comunidad latina quiso mostrar un peso político importante en la última contienda electoral en los Estados Unidos, pero no lo consiguió. Siendo una minoría, aunque con mucho crecimiento poblacional, todavía le faltan elementos que son determinantes para alcanzar un nivel de influencia importante en la política y en la vida de una nación. Les falta educación, les falta más escolaridad, una ausencia que es bien aprovechada por los políticos. A menos educación es más probable elegir políticos sin mayor capacidad; a mayor educación, las demandas para los políticos que aspiran a ser elegidos son mayores.
Aunque cada vez el ingreso por remesas es más determinante para la economía nacional, seguimos insistiendo en una falta de políticas públicas de largo plazo y con metas cuantificables para mejorar la condición de nuestros migrantes. Una iniciativa reciente, que esperamos eche raíces y produzca resultados, pues vivimos en el país de la improvisación, es la que ha tenido el Ministerio de Educación de ofrecer un bachillerato virtual para nuestros compatriotas residentes en los Estados Unidos, legales o ilegales. El nivel de escolaridad marca la diferencia entre las oportunidades de empleo y el nivel de los salarios, pues nuestros inmigrantes normalmente se dan por gratificados por tener un empleo, pero qué tipo de empleo es, y más importante cuán bien remunerados están. Todo eso depende de las calificaciones profesionales, del nivel de escolaridad de nuestros compatriotas.
Pero también hay un factor importante que se relaciona con la inmigración y la preparación académica, ya que a los de los orígenes geográficos que se tienen estadísticas que cuentan con mayor preparación y por tanto hacen un mayor aporte al país, no solo se les permite entrar, sino que aun se alienta la inmigración proveniente de esos países. Los estudios muestran que uno de los grupos geográficos que mayor nivel de escolaridad tienen en América Latina son los colombianos, y de Asia, los de la India. Nuestro país se ubica en el triángulo de Guatemala, El Salvador y Honduras, junto con México, según los estudios que ha realizado el Comité de Educación de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
El bachillerato virtual para nuestros compatriotas debería ser el primer paso para emprender otros proyectos educativos enfocados en nuestros migrantes, aprovechando las capacidades técnicas que ha desarrollado el Instituto Nacional de Formación Profesional y ofrecerles a los migrantes estas mismas oportunidades de capacitación técnica que pueden hacer una gran diferencia en el tipo de empleo y el nivel de ingresos que puedan alcanzar si alcanzan mayor preparación educativa.
El nivel de escolaridad de nuestros migrantes se sitúa en un nivel 9.7 años de escolaridad, lo que nos indica que la gran mayoría apenas ha cursado la primaria, sin lograr siquiera culminar una titulación de nivel medio. Hay países que envían estudiantes universitarios para sacar una maestría y un doctorado, pero nosotros solo enviamos fuerza bruta, sin mayores habilidades académicas.
A los estudiantes no se les limita su ingreso, sino más bien se incentiva. Estados Unidos sigue siendo el mejor lugar en el mundo para cursar estudios superiores y continuamos diciendo a los estudiantes que son bienvenidos a este país, expresaba la secretaria de Estado asistente para asuntos educativos y culturales de los Estados Unidos. Esa es la gran diferencia, el nivel educativo determinará el futuro de nuestros migrantes. Si los preparamos ganan ellos, ganamos nosotros, ganan sus familias. Si continúan en el olvido de los planes gubernamentales continuaremos exportando fuerza bruta que es mal pagada y discriminada de los servicios sociales en la nación del norte.