Quizá muchos han pasado por alto que, en Honduras a pesar de tanta mala trama, también pasan cosas mágicas de vez en cuando y ¡vaya de qué forma! Hoy, centenares de personas en el país y hondureños por el Mundo pueden dar fe de dos acontecimientos sin precedentes surgiendo como el ave fénix de lugares inimaginables hasta antes de sus soberbias e inmensurables presentaciones artísticas: Arada, Santa Bárbara y Yoro, ciudad lluvia de peces.
Esperé los primeros rayos de sol, cuando no había mucha gente para apreciar tan magníficas piezas de arte urbano y también otro recorrido a media noche para disfrutar de tan gran belleza y herencia artística, como cuando se degusta de un buen vino tinto o un inmejorable sorbo de café santabarbarense, pues el legado de decenas de pintores internacionales, en su mayoría, y nacionales con mucho orgullo, hicieron al antes colorido y acogedor municipio de Arada, más pintoresco que nunca.
Y sí, tal cual se planeó, la cuarta edición del Guancasco Muralista de los Pueblos del Mundo en Honduras se está desarrollando de maravilla, y sin temor a equivocarme, a la altura de Melbourne, la meca de street art en Australia, uno de los destinos de arte urbano con mayor exposición en el Mundo.
Durante el evento se realizarán 200 murales en el casco urbano de Arada en Santa Bárbara, llenando de cultura y de colores las casas de gran parte de los habitantes que con mucho orgullo abren sus puertas a los artistas para ofrecer, antes que sus tradicionales platillos, mucha hospitalidad.
Según lo proyectado, este evento se planea desde hace un año y se llevó a cabo del 20 de marzo hasta el 4 de abril. Muralistas de Suiza, España, Argentina, Bolivia, Colombia, México, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y Honduras, entre otros, formaron la gran delegación cultural con destino a uno de los rincones más acogedores del país.
El consejo coordinador del Guancasco Muralista de los Pueblos del Mundo en Honduras, realizó la selección de los diferentes artistas entre varias solicitudes que fueron recibidas con anticipación, seleccionando únicamente a cien de las casi 150 solicitudes enviadas, de estos solo el 60% pudo plasmar sus obras; el resto seguirá llegando mes a mes hasta noviembre para dejar a Arada convertida en la más grande galería libre de toda Honduras.
De forma simultánea, con menos atención mediática y descuido gubernamental, en la tierra de escritores de la talla de Roberto Sosa, Daniel Cano y el destino escogido por Jorge Medina, un puño de artistas locales, silenciosamente, pero no menos talentosos pintores, en su mayoría jóvenes soñadores, le dan vida y mucho color a los muros de la ciudad Lluvia de peces, plasmando sus capacidades a niveles asombrosos en una actividad de la cual miles veían como un grito reprimido que hoy se convierte en eco sin censura de arte pura y digna de resaltar.
Pero más allá del olvido, del rehundimiento y desdicha, se espera que las obras inmortalizadas en los muros de Yoro, Yoro, sirvan para romper barreras y desaparecer estigmas, alcanzando por fin un poco de atención hacia una población rebosante de talento y orgullosa de sus extraordinaria cultura, que pide a gritos una revista a sus obras maestras e invaluable legado.
Así pues, que como Arada está convertida en la Melbourne hondureña, Yoro ha hecho de sus paredes la East Side Gallery de Berlín, donde los alemanes pintaron en su muro más que dibujos, sino su grito a la libertad.
