Ha fallecido Hebe Bonafini, la heroica presidenta de la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo, este pasado domingo 20 de noviembre a los 93 años de edad, cumpliría 94 el próximo 4 de diciembre.
El mundo se ha consternado por tan trágica noticia porque esta mujer es, como la ha calificado Cristina Fernández de Kirchner, “símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos”. Su historia comenzó el 30 de abril de 1977. En esa fecha, 16 mujeres marcharon para manifestarse tomadas del brazo, en torno de la Pirámide de la Plaza Mayo, en Buenos Aires, para exigir al gobierno dictatorial militar les informe sobre el paradero de sus hijos desaparecidos. Esas caminatas semanales se convirtieron en un símbolo de la lucha por los derechos humanos y contra la dictadura militar. Bonafini tenía dos hijos desaparecidos por la criminalidad del gobierno dictatorial (1976-1983), el autor de miles de encarcelados, torturados, desaparecidos, con el secuestro de sus hijos para entregarlos a familias de militares, principalmente. Esta lucha grandiosa y heroica no paró con la caída de la tiranía militar sino que continuó y sigue actualmente, porque las madres de la plaza se han multiplicado y han seguido en la búsqueda de sus nietos e hijos, muchos de los cuales fueron encontrados y se les ha permitido la reunificación con sus auténticos parientes. El presidente argentino Alberto Fernández decretó tres días de duelo nacional por la muerte de Hebe de Bonafini. “El Gobierno y el pueblo argentino reconocemos en ella un símbolo internacional de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los 30,000 desaparecidos. Como fundadora de Madres de Plaza de Mayo puso luz en medio de la oscura noche de la dictadura militar y sembró el camino para la recuperación de la democracia hace cuarenta años atrás”. Hace unos pocos días, se le había rendido homenaje mediante una exposición de fotografías de su lucha en el Centro Ernesto Kirchner. En esa ocasión dijo su último discurso en el cual llamó a las madres y a toda la humanidad a continuar la lucha por los derechos humanos, por la paz y la auténtica democracia. En esa ocasión hizo un conmovedor recuerdo de sus hijos Jorge Omar y Raúl Alfredo, secuestrados y desaparecidos por la dictadura.
Honduras vivió una época similar a la del terror en Argentina. Se escenificaron en nuestra tierra encarcelamientos, secuestros, desaparecimientos y asesinatos promovidos por el ejército bajo el mando del general Gustavo Álvarez Martínez. Hasta ahora no se sabe el paradero exacto de muchos de los desaparecidos y asesinados. Durante ese tiempo fatídico en Honduras, el Dr. Ramón Custodio López se enfrentó con grande valentía a los cuerpos militares y paramilitares responsables de los crímenes que se cometieron en nombre de la libertad. Con motivo de la muerte de Bonafini, varios líderes latinoamericanos y del mundo han expresado sus sentimientos de pesar y han elogiado la lucha incansable y valiente de esta madre por el rescate de los hijos y nietos desaparecidos. Entre quienes han expresado su pesar están el presidente López Obrador, de México; el presidente de Chile, Gabriel Boric; el presidente electo de Brasil, Ignacio Lula Da Silva. Actualmente, en el mundo, la lucha por los derechos humanos se ha puesto en primer plano y la humanidad entera encabeza un enfrentamiento firme en contra de los violadores de la vida, en contra de quienes asesinan impunemente, sobre todo de los jóvenes que se han reagrupado en torno a las ideas fascistas de Hitler y de Mussolini y que están ejecutando, en diversas partes del mundo, acciones perversas, fundamentalmente de carácter racista porque hay muchos que creen en una raza superior. Las muertes recientes de Ramón Custodio y de Hebe Bonafini deben llevarnos a la meditación profunda para compenetrarnos de que el retorno del fascismo y de las tiranías no debe ser posible; que los problemas y las diferencias deben resolverse mediante la negociación amigable y que nadie debe enarbolar las banderas de la ideología antihumana que fue la causante de millones de muertes durante la Segunda Guerra Mundial. Quizá sea el momento para que el Congreso Nacional de la república apruebe una resolución condenando el fascismo y toda ideología que conduzca al odio y la destrucción, con castigos ejemplares para aquellos que glorifiquen a quienes sustentaron estas ideas oprobiosas y quienes quieren revivirlas y ponerlas en práctica.
Hebe Bonafini, con su grandioso heroísmo, nos dio un ejemplo y nos mostró una senda para la lucha por la dignidad humana.
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