W. Steven Brown, presidente del grupo Fortune, escribió: “La gente fracasa en proporción directa con su tendencia a valerse de excusas socialmente aceptables por su fracaso, en lugar de internamente responsabilizarse por su éxito”. Con los años he oído todo tipo de excusas para justificarse, desde “Para lo que me pagan, esto es suficiente” hasta el clásico “Me vale”, pasando por el “No hay tiempo para hacerlo mejor”.
Vi a un carpintero explicar por qué solo ponía dos tornillos en lugar de los cuatro que requería cada bisagra de una serie de puertas que colocaba, argumentando que “son más que suficientes”. El hecho es que las puertas se desajustaron enseguida. El precio de la irresponsabilidad es muy alto. Un mecánico que no aprieta bien un tornillo y el aceite se fuga y produce el desastre del motor que supuestamente reparó.
Una secretaria que olvida dar un mensaje y su empresa pierde un negocio. Un estudiante que gasta su tiempo en la televisión y paga con bajas calificaciones la falta de tiempo de estudio. Un vendedor que deja de contactar a un cliente, solo para enterarse de que al competidor le hizo un gran pedido. Og Mandino me dijo una vez que en estos días es más fácil triunfar que quizá en cualquier otra época de la historia. ¿La razón? No mucha gente se responsabiliza por lo que le toca hacer. Y asegura que el responsabilizarse es algo interno, no tenemos que prometérselo a nadie, tenemos que comprometernos con nosotros mismos.
¿Está de acuerdo conmigo en que sería buena idea poner un letrero como ese del presidente Truman en nuestra propia vida?
LO NEGATIVO: Creer que las excusas son suficientes para disfrazar la irresponsabilidad.
LO POSITIVO: Comprender que, si no detenemos la irresponsabilidad, esta nos detendrá a nosotros.