02/04/2025
04:42 PM

El Señor de los Susurros

Javier Franco

En la literatura, encontramos dos figuras que revelan cómo el poder se ejerce de manera silenciosa y efectiva: el Señor de los Murmullos, Pedro Páramo, quien gobernaba a su pueblo desde el más allá, y el Señor de los Susurros, Varys, que influía en los reinos a través de secretos y manipulaciones.

Estas figuras demuestran que el verdadero control no se ejerce a la luz pública, sino en las sombras, a través de susurros que manipulan las decisiones de otros.

La verdad que la personalidad e intenciones de Varys es quien más llama la atención en estos tiempos modernos de nuestras honduras, ya que Varys como personaje para todo el mundo que le conoce, aparentemente actúa siempre según su propio beneficio y elige con sumo cuidado sus lealtades, deshaciéndolas cuando no sirven a sus propósitos o a los del reino.

En la política hondureña actual, la realidad no es muy distinta. Aunque vivimos bajo un sistema democrático, los partidos políticos no escapan a esta influencia oculta. El Señor de los Susurros moderno, no es uno pueden ser varios, y no dan la cara, pero dominan el tablero político, moviendo piezas en su propio beneficio.

Este pequeño grupo manipula los partidos, creando un espectáculo político que nos distrae, similar a un circo romano, donde somos testigos de debates acalorados, escándalos y promesas vacías, mientras las verdaderas decisiones, aquellas que afectan el futuro de la nación, se toman en tinieblas.

Nos hacen creer que estamos eligiendo, que un cambio de gobierno traerá soluciones. Sin embargo, lo que realmente sucede es que este grupúsculo teje alianzas ocultas, garantizando que sus intereses se mantengan intactos, sin importar quién esté en el poder.

Mientras nosotros seguimos atentos a las peleas entre partidos y candidatos políticos, el Señor de los Susurros oculta sus verdaderos objetivos, controlando a los líderes políticos como marionetas. Lo que vemos es una narrativa cuidadosamente construida para que creamos en un progreso que nunca llega.

La pregunta crucial es: ¿seguiremos siendo manipulados por este show? Solo construyendo partidos políticos verdaderamente libres del control podremos devolver el poder al pueblo.