He encontrado esto que delata la pobreza léxica de tantos hablantes que de paso escriben tales infortunios: “Siguen con los operativos sorpresas en las terminales y en las oficinas de las empresas de transporte de pasajeros con el fin de verificar que no se adultere el precio de los pasajes”, que yo sepa, adulterar es alterar fraudulentamente la composición de una sustancia: “En esos estancos venden guaro adulterado”, es decir, mezclan el guaro con agua u otra sustancia barata. Adulterar también es falsificar o manipular la verdad: “Los policías adulteraron el informe” igual que “Los policías falsearon el informe”, lo distorsionaron. Por consiguiente, el texto sería “Siguen con los operativos sorpresas en las terminales y en las oficinas de las empresas de transporte de pasajeros con el fin de verificar que no se incremente el precio establecido de los pasajes”.
“No fui a trabajar porque me sentía mal de salud”, “Es difícil hablar con ella porque nunca escucha”. Porque es una conjunción causal compuesta por la preposición “por” y por la conjunción “que” (equivalente a las formas ya que, puesto que: “Ya que hablás inglés te pagan más”); sirve, por tanto, para introducir oraciones en las que se explica la causa de otra oración principal. Pero también tenemos porqué: “Nunca supe el porqué se fue”, “Elvia desconoce los porqués de mi indiferencia”, “Nadie explica el porqué del retraso en la Municipalidad”. Porqué (así pegado) es sustantivo equivalente a causa, motivo, fin. Va precedido de un determinante: el porqué, los porqués, tu porqué. Pero nuestros hablantes, en este caso muchos trabajadores de medios de comunicación, desconocen esto, como este ejemplo que extraje de un periódico: “El ministro nunca supo el porque del motivo de desviar esos dineros” en lo que se nota un burdo pleonasmo, si al hablar de “porqué” se sabe que es motivo; por lo que lo sintácticamente correcto es “El ministro nunca supo el porqué de desviar esos dineros” o “El ministro nunca supo el motivo de desviar esos dineros”.