26/07/2024
12:17 AM

El arte de chatear

Renán Martínez

Para qué va a escribir usted una carta a Eufemia si a través de un mensajito por Whatsapp le puede decir que entre ustedes “todo terminó”. Es aún más desfasada e inteligible aquella otra canción que dice “manda aunque sea un telegrama”, pues las nuevas generaciones ni siquiera conocieron el telégrafo. Con el boom de las redes sociales se perdió el encanto poético del género epistolar, pero debemos reconocer que las comunicaciones cibernéticas mantienen más unida e informada a la humanidad. Una de las plataformas más populares es el Whatsapp porque nos permite comunicarnos fácilmente con amigos, familiares y personas con las que tenemos intereses en común. Mediante los grupos de chat mantenemos una interconectividad entre cibernautas de diferentes círculos sociales y por lo tanto con reglamentos internos distintos en cada chat. Por ejemplo, en el grupo de mi colonia está prohibido referirnos a temas relacionados con la política vernácula porque el fin del chat es velar por los intereses del vecindario. Pero siempre existen usuarios que no acatan estas disposiciones. Cualquiera que sea la índole del grupo considero que es importante que tomemos un poquito de tiempo para revisar el mensaje a fin de corregir algún error de ortografía y otros desaciertos lingüísticos que distorsionen la calidad del texto. Esto es válido también para compartir información importante con nuestros contactos fuera de los grupos a los que pertenecemos.

En esta marasma de la comunicaciones cibernéticas solemos encontrar mensajes aleccionadores y motivadores como el siguiente que alguien compartió conmigo: “come la mitad, camina el doble, ríe el triple y ama sin límites”. Ciertamente el buen humor no debe faltar en ningún grupo de internet, pues el día que no reímos, es un día perdido, como decía Charlie Chaplin. Sin embargo, es inevitable que las redes sociales sean envenenadas con bromas de mal gusto o memes morbosos. Debemos tener cuidado de no reenviar a personas que merecen respeto, estas atrocidades que envían algunos amigotes. Por ello es recomendable mantenernos sobrios en el momento de chatear, lo mismo que debemos estar serenos para contestar alguna ofensa, no sea que saquemos a relucir el cobre de nuestro lenguaje. Esto pasó con el alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, quien soltó una sarta de palabrotas contra el vicealcalde Omar Menjívar, mediante un video que él mismo publicó para que se hiciera viral. El edil debió tomar en cuenta que, en cualquier divergencia, el que se descontrola pierde y si es líder se desprestigia como tal. Considero que los chats entre amigos deben ser más para entretenimiento y relajamiento en estos tiempos de emoción tensional, que para dirimir problemas sin solución. Recientemente me agregaron a un chat de excolaboradores de LA PRENSA y hemos disfrutado con las anécdotas de aquellos dorados tiempos.