Alguien me contó la historia de un príncipe de la antigüedad que dio a un famoso artista una Biblia diciéndole que contenía un tesoro. El artista fue cortés al recibirla, pero pensando que se trataba de los consejos y enseñanzas del libro santo, lo dejó de lado. Mas tarde, cuando murió, sus pertenencias fueron vendidas por la viuda. La persona que las compró encontró entre sus hojas un bono real por quinientas monedas de oro. Si aquel artista tan solo hubiera hojeado aquella Biblia se hubiera ahorrado años de privaciones y sufrimientos económicos. Como usted comprende el tesoro siempre estuvo ahí, quizá muy cerca en muchas ocasiones. Se desveló pensando en sus deudas, incapaz de conciliar el sueño, sin sospechar que bajo ese mismo techo se encontraba suficiente dinero para hacerlo rico.
Por otro lado, ¿ha oído usted sobre el caso Masilotti? Permítame contarle, hace ya algún tiempo en la ciudad de Montevideo, capital de Uruguay, Clara Masilotti, entonces de setenta y siete años, que residía en Nueva York, solicitó permiso para localizar un tesoro que, según ella, debe encontrarse bajo el cementerio Central. Ese enigmático tesoro llegó al Uruguay desde México por un grupo de italianos que ante algunas dificultades de esa época decidieron enterrarlo en los terrenos que hoy ocupa el cementerio Central. Consistía en monedas de oro y algunas joyas muy valiosas. Y claro, los parientes de los ahí enterrados se opusieron a las excavaciones que la Sra. Masilotti quería llevar a cabo. Imagínese usted, un hombre que tuvo ante sí un tesoro y que, por no saberlo, nunca lo descubrió. Y una dama que sabe dónde está su tesoro, pero a la que no se le permite encontrarlo.
¿Habrá dentro de nosotros también un tesoro? ¿Estará en el desarrollo de todas esas habilidades que Dios puso en nosotros? Yo he visto a hombres y mujeres que, al desarrollarlas, empiezan a vivir mucho más grata y prósperamente. Lo he vivido muchas veces al dirigir grupos en los entrenamientos Dale Carnegie.
LO NEGATIVO: Dejar de lado nuestro potencial y conformarnos con una vida mediocre y miserable.
LO POSITIVO: Hojear buscando en nosotros mismos el tesoro que nos dé una vida realmente más valiosa.
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