24/04/2024
12:27 AM

Ah, el Día del Padre

Emilio Santamaría

Luisa Margarita, mi esposa por 59 años, falleció el 13 de abril del año pasado. Estoy agradecido con Dios por concedérmela como compañera y por la familia que formamos entre los dos.

Recuerdo, como si fuera hoy, el momento en que cargué por primera vez a mi hija Rocío. Puedo cerrar los ojos y ver de nuevo la escena con toda claridad. Porque cuando apreté contra mi pecho aquella recién nacida, me sentí padre por primera vez. Comprendí en toda su intensidad que lo sorprendente no es que los padres produzcamos hijos, sino que son los hijos los que producen padres.

Después llegaron a nuestro hogar Emilio, Mercy y Luis Ángel. Y algo maravilloso ocurrió. No tuvieron que compartir el amor del otro, porque nuestro amor creció maravillosamente con la llegada de cada nuevo hijo. Y comprendimos algo más, cada hijo es siempre un don de Dios.

Y que, junto con la alegría de verlos llegar a nuestro hogar, recibimos también la responsabilidad de educarlos y formarlos para la vida.

Nuestros hijos crecieron y formaron a su vez sus propios hogares. Margarita y yo disfrutamos mucho la llegada de nuestros seis nietos. Pero comprendimos que la responsabilidad de prepararlos para la vida era de sus padres, no nuestra.

Y lo han hecho magníficamente.Fue el poeta libanés Gibran Jalil Gibran quien escribió: “Tus hijos no son tus hijos, son hijas e hijos de la vida. No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, puesto que ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellos vivirán en la casa del mañana, que tu no podrás visitar. Puedes esforzarte en comprenderlos, pero no trates de que sean iguales a ti, porque la vida no retrocede ni se detiene en el pasado. Tú eres el arco en el que tus hijos como flechas son lanzados a la vida. Deja que la inclinación de tu mano de arquero sea para su felicidad”.

LO NEGATIVO: Creer que los hijos son solo nuestra prolongación, y con nuestros pensamientos.

LO POSITIVO: Comprender que nuestros hijos deben pensar y actuar por si mismos. Y que nuestra misión es ayudarles a lograr con felicidad, esa independencia.