The New York Times
Por: Rebecca Dzombak/The New York Times
El calor extremo provocado por el cambio climático plantea nuevos retos a las aerolíneas. La temperatura del aire tiene un poderoso efecto en la física del vuelo, lo que complica aún más las cosas para diseñadores y pilotos de aeronaves.
El 12 de junio, un Boeing 787 Dreamliner se estrelló poco después de despegar en Ahmedabad, en el oeste de India. La temperatura superaba los 38 grados centígrados en ese momento. Así que, preguntamos a expertos qué significa el calor para la seguridad aérea.
Enfatizaron que viajar en avión es una de las formas más seguras de transporte aún cuando hace calor, ya que los pilotos están altamente capacitados y las aeronaves son puestas a prueba y están hechas para soportar las peores condiciones posibles.
No obstante, el calor probablemente será más perjudicial para pasajeros de aerolíneas en el futuro.
Los aviones dependen de la sustentación, o fuerza de elevación, para despegar. Avanzan a toda velocidad sobre la pista hasta que el aire que pasa sobre las superficies de las alas los impulsa hacia arriba. Entre menos denso sea el aire, menos sustentación generará el ala de un avión y más tardará en despegar.
Un aire más caliente y menos denso también puede reducir el impulso que generan las hélices, y los motores a reacción podrían no tener tan buen desempeño porque absorben menos aire.
“Entre más calor haga, más se degrada el desempeño del avión”, señaló John Cox, ex piloto de aerolínea quien ahora dirige una consultora.
Un estudio halló que, en días muy calurosos, los despegues más tardados podrían llevar a largos retrasos en aeropuertos.
Aumento de turbulencia
Sin embargo, la dinámica de volar a altas temperaturas es bien comprendida y tomada en cuenta en el diseño de aeronaves, y los pilotos están capacitados para manipular los ajustes del avión a distintas temperaturas y altitudes, dijo Cox.
El cambio climático provoca el calentamiento de la troposfera, la capa atmosférica donde vuelan los aviones. Esto ha aumentado la turbulencia en aire despejado, que puede ser particularmente peligrosa porque es difícil de detectar.
Y es probable que aumente la turbulencia. Esto se debe a que una atmósfera más cálida puede tener vientos más fuertes, aún en corrientes en chorro donde suelen volar los aviones comerciales.
Esto puede darles a los aviones un impulso de velocidad si vuelan en la misma dirección. Pero también puede causar fuertes vientos en contra y mayor cizalladura, un cambio repentino en la velocidad o dirección del viento. Esto puede causar turbulencia, incluso si no hay nubes a la vista.
Es poco probable que los aviones fallen debido a la turbulencia común, dijo Carlos Cesnik, ingeniero aeroespacial en la Universidad de Michigan. Pero puede ser alarmante, incómodo y, en casos muy raros, incluso mortal para pasajeros que no llevan puesto el cinturón de seguridad.
Se están diseñando nuevos sistemas para mejorar la detección de turbulencia y minimizar sus efectos, añadió.
Las compañías llevan aviones nuevos a los desiertos más calurosos y a las zonas más heladas posibles para realizarles pruebas.
El calor extremo “hoy se toma muy en cuenta en el diseño de aviones”, comentó Cesnik. Sin embargo, “no todos los aviones pueden operar en todas partes, y algunos aeropuertos plantean mayores retos que otros”.
El proceso previo al vuelo para pilotos incluye consultar un modelo que toma en cuenta el clima local, la altitud y los parámetros del avión. El modelo brinda a los pilotos cálculos clave, como cuánta pista necesitan para despegar, cómo ajustar los flaps y qué velocidad alcanzar. Cada que despega un avión, reciben una nueva serie de cálculos personalizados.
No obstante, el error humano aún puede influir.
Y dado que el desarrollo de los aviones puede tardar décadas, los diseñadores deberían tomar en cuenta las proyecciones climáticas para la próxima generación de aeronaves, dijo Mary McRae, ingeniera en la Universidad de Villanova, en Pennsylvania.
En resumen: Volar sigue siendo una forma segura de viajar, aún en días calurosos.
“Si los pilotos tienen esos cálculos, el avión puede volar con seguridad”, afirmó Cox. Si hace calor, el avión tardará más en despegar. “¿Pero acaso me preocupa? Para nada”.
©The New York Times Company 2025