Utah lucha por salvar el Gran Lago Salado, una "bomba nuclear ambiental”

Más de la mitad del agua del lago más grande en el hemisferio occidental ha desaparecido.

  • 17 de junio de 2025 a las 14:43 -
The New York Times

Por: Leia Larsen/The New York Times

Hace tres años, cuando el Gran Lago Salado de Utah se encontraba en sus niveles más bajos, los legisladores estatales se alarmaron lo suficiente como para intentar lo que podría ser imposible: evitar que el lago se seque.

El lago salado es el más grande en el hemisferio occidental, pero más de la mitad de su agua ha desaparecido. Más de 2 mil kilómetros cuadrados de su lecho han quedado expuestos, cocinándose en el calor del desierto y a veces enviando columnas de polvo tóxico al núcleo urbano del Estado.

“Las crisis rápidas suelen recibir más atención que las lentas”, dijo Brian Steed, comisionado estatal del Gran Lago Salado, encargado de desarrollar un plan estratégico para el lago. “Y en este caso, ha sido una crisis lenta hasta el 2022, cuando nos dimos cuenta de la gravedad de la situación”.

Ese año, Joel Ferry, entonces legislador en la Cámara de Representantes de Utah, pidió acción de emergencia, afirmando que el lago afectado era una “bomba nuclear ambiental”. Una ráfaga de proyectos de ley reformó leyes del agua que databan de la época de los pioneros.

Pero las medidas que el Estado está implementando tardarán décadas en dar resultados, si es que lo hacen. Los críticos afirman que el ritmo y el grado de los esfuerzos deben aumentar considerablemente. Lo que está en juego, advierten, es un desastre de salud pública, el colapso de un ecosistema y un duro revés para los sectores del turismo, el esquí, la minería e inmobiliario del Estado.

Los efectos podrían extenderse más allá de Utah. Los minerales del lago se usan en las latas de bebidas estadounidenses y en fertilizantes para frutas y nueces orgánicas. Las huevas de artemia del lago sustentan una industria pesquera mundial. El polvo cargado de arsénico y otros metales pesados podrían ser dispersados por el viento a otros Estados. Y a medida que el cambio climático intensifica la sequía en el oeste de EU, también aceleraría la evaporación del lago.

Algunos agricultores de Utah se han beneficiado de equipos de riego mejorados, financiados en parte por el Estado.

Utah tiene un gobernador republicano conservador y una supermayoría en la cámara estatal, y la mayoría de los legisladores se resisten a la regulación. Se han mostrado reacios a restringir las industrias que consumen más agua. El desarrollo inmobiliario es una prioridad en Utah, uno de los cinco Estados de mayor crecimiento en Estados Unidos el año pasado. La agricultura, y uno de sus principales cultivos comerciales, la alfalfa, es la base de gran parte de la economía rural de Utah. Y las industrias láctea y de carne vacuna dependen del heno de alfalfa para alimentar al ganado.

Declive

Los legisladores de Utah alardean de la inversión de mil millones de dólares en la conservación del agua entre el 2022 y 2023. Más de una cuarta parte de esa cantidad provino del Gobierno federal, principalmente de la ayuda recibida en la pandemia. Por otra parte, el Estado recibirá alrededor de 50 millones de dólares en ayuda federal destinada a restaurar humedales y financiar un programa de arrendamiento de agua, pero no está claro si habrá ayuda federal futura para el proyecto.

Por ahora, el declive del lago, que lleva 20 años, se ha estabilizado. Un año reciente de niveles récord de nieve reabasteció los arroyos y embalses de montaña, permitiendo que fluya más agua al lago. Actualmente, el nivel del agua es 1.50 metros más alto que su mínimo histórico, pero necesitará subir otros 1.5 metros para alcanzar una elevación mínima saludable.

Para alcanzar ese nivel en cinco años, según el análisis y el plan estratégico de Deeda Steed, del Centro para Diversidad Biológica, un grupo sin fines de lucro que está demandando al Estado, todos los usuarios de agua de la cuenca del Gran Lago Salado tendrían que reducir su consumo a la mitad.

“Simplemente no creo que tengamos apoyo político para eso, ni creo que tendríamos apoyo público para una medida tan drástica”, dijo. Su objetivo es alcanzar la meta en 30 años.

Lograr avances podría requerir decenas de millones de dólares cada año. El Gobernador Spencer Cox solicitó 16 millones de dólares este año para que el Estado adquiriera concesiones de agua para el lago, pero los legisladores aprobaron 1 millón.

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“El interés legislativo y ejecutivo por llevar agua al lago se ha evaporado”, declaró Ben Abbott, profesor de Ecología en la Universidad Brigham Young, en Provo, Utah, y autor principal de un reporte del 2023 que advertía que el lago podría desaparecer en tan sólo cinco años.

La agricultura utiliza el 71 por ciento del agua que de otro modo fluiría al lago, y las ciudades utilizan alrededor del 17 por ciento, reporta el Equipo de Acción del Gran Lago Salado, un grupo de expertos.

Los detractores dicen que sería mejor invertir los fondos estatales para impulsar el desarrollo en ayudar a rellenar el lago. “Me gustaría que dejáramos de gastar dinero en promover un crecimiento que ya está ocurriendo a un ritmo más acelerado de lo que podemos manejar”, dijo el diputado Doug Owens, legislador estatal demócrata.

©The New York Times Company 2025

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Staff NYTimes
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