¿Qué hace que una persona sea cerrada de mente?

Nuevos hallazgos científicos apuntan a que nuestra estructura cerebral influye en las creencias ideológicas y en la forma en que interpretamos y compartimos la información.

  • 22 de abril de 2025 a las 13:58 -
The New York Times

Por: Matt Richtel//The New York Times

Las divisiones partidistas hoy son tan marcadas que puede parecer que las personas viven realidades completamente diferentes. Tal vez así sea, dijo Leor Zmigrod, neurocientífica y psicóloga política en la Universidad de Cambridge.

En un nuevo libro, “The Ideological Brain: The Radical Science of Flexible Thinking”, Zmigrod explora la evidencia emergente de que la fisiología y la biología del cerebro ayudan a explicar por qué las personas son propensas a la ideología y cómo perciben y comparten información.

Esta conversación ha sido editada para mayor claridad y brevedad.

¿Qué es la ideología?

Es una narrativa sobre cómo funciona el mundo y cómo debería funcionar. Tiene prescripciones realmente rígidas sobre cómo debemos pensar, cómo debemos actuar, cómo debemos interactuar con otras personas. Una ideología condena cualquier desviación de sus reglas prescritas.

Escribes que el pensamiento rígido puede ser tentador. ¿Por qué?

Las ideologías satisfacen la necesidad de tratar de comprender el mundo, de explicarlo. Y satisfacen nuestra necesidad de conexión, de comunidad. Además, muchas personas argumentan —y muchas ideologías intentarán decirte— que adherirse a las reglas es la única forma buena de vivir y de vivir moralmente.

Yo lo abordo desde una perspectiva diferente: las ideologías insensibilizan nuestra experiencia directa del mundo. Limitan nuestra capacidad de adaptarnos a él, de distinguir entre evidencia creíble y no creíble. Las ideologías rara vez, si es que alguna, son buenas.

¿Acaso las personas propensas a la ideología procesan la información de forma diferente?

Las personas más propensas al pensamiento ideológico tienden a resistirse al cambio o a cualquier tipo de matiz. En una prueba, pedimos a la gente que clasifique cartas de una baraja de acuerdo a diversas reglas, como el palo o el color. Pero de repente, aplican la regla y no funciona. Esto se debe a que, sin que lo supieran, la cambiamos. Las personas que tienden a resistirse al pensamiento ideológico son adaptables, así que cuando hay evidencia de que las reglas han cambiado, modifican su comportamiento. Los pensadores ideológicos, cuando se enfrentan al cambio, se resisten. Intentan aplicar la antigua regla aunque ya no funcione.

En un estudio, hallaste que los ideólogos y los no ideólogos parecen tener diferencias fundamentales en el cableado de recompensa de sus cerebros.

Los pensadores rígidos tienden a tener niveles más bajos de dopamina en la corteza prefrontal y niveles más altos de dopamina en el cuerpo estriado, una estructura clave en nuestro sistema de recompensa que controla nuestros instintos rápidos. Por lo tanto, nuestras vulnerabilidades psicológicas a las ideologías rígidas pueden tener su origen en diferencias biológicas.

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Hallamos que personas con diferentes ideologías tienen diferencias en la estructura física y la función de sus cerebros.

Si estamos programados de cierta manera, ¿podemos cambiar?

Tienes la capacidad de elegir con qué pasión adoptas estas ideologías, qué rechazas o qué no. Es más difícil para las personas con vulnerabilidades genéticas o biológicas pro pensamiento rígido, pero eso no significa que esté predeterminado o sea imposible cambiar.

©The New York Times Company 2025

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Staff NYTimes
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