The New York Times
Por: Ruth Graham/The New York Times
“Música y Palabras de Inspiración”, un programa que se transmite semanalmente desde Salt Lake City, Utah, no sólo ha perdurado desde 1929, sino que, casi igual de impresionantemente, apenas ha cambiado. Allí está la amable bienvenida del locutor, un breve mensaje inspiracional y una selección de himnos interpretados por el Coro del Tabernáculo de la Manzana del Templo, antes y aún mejor conocido como el Coro del Tabernáculo Mormón.
La “receta” del programa, de casi un siglo de antigüedad y 30 minutos de duración, como la llaman sus organizadores, parece no necesitar modificaciones para atraer a una multitud. El 13 de julio, más de 11 mil personas se reunieron en el enorme centro de conferencias de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para grabar el episodio número 5 mil del programa.
El programa “siempre ha sido parte de mi vida”, dijo Ron Christensen, de 71 años, sentado cerca del frente con su esposa. Su madre, Lela Christensen, de 98 años, quien cantó en el coro de 1964 a 1987, fue homenajeada como la ex alumna viva de mayor edad del coro.
Lo que inició como una transmisión local en vivo, capturada por el hijo del organista parado en una escalera y sosteniendo un micrófono hacia el coro, ahora se transmite en más de 2 mil estaciones de radio y televisión de todo el mundo. Entre sus proyectos más recientes figuran una versión en español y un podcast con lo que ocurre tras bambalinas.
“Consideramos al coro como un activo global de la iglesia”, dijo Michael O. Leavitt, ex Gobernador de Utah que asumió la presidencia del coro en el 2021. A medida que la membresía de la iglesia disminuye en Estados Unidos, pero se expande internacionalmente, él ha buscado crecer la audiencia digital y el alcance global del coro, en parte incrementando el ritmo de las giras internacionales.
Joya
La iglesia considera el espectáculo como un ministerio. La mayoría de las personas involucradas en la producción, incluyendo al presentador y los 360 miembros del coro, son voluntarios.
“Es la joya pública de la iglesia”, dijo Matthew S. Holland, líder eclesiástico del departamento de comunicaciones de la iglesia. “Este es el comienzo de una década en la que esperamos que el mundo descubra quiénes somos realmente”.
La breve historia de la iglesia incluye periodos iniciales de persecución violenta, y persisten las sospechas y los estereotipos sobre el grupo. Una encuesta realizada en el 2007 halló que poco más de la mitad de los estadounidenses tenía una opinión favorable de los Santos de los Últimos Días, la misma tasa que la de los musulmanes y más de 20 puntos inferior a la de los judíos y los católicos.
La próxima década incluye importantes eventos que la Iglesia considera oportunidades para reintroducir su fe. El templo de Salt Lake City reabrirá sus puertas en el 2027 tras años de renovaciones. En el 2030, la Iglesia celebrará su bicentenario, y cuatro años después, Salt Lake City albergará sus segundos Juegos Olímpicos de Invierno, con la Iglesia como escenario extraoficial.
Pero primero, una celebración de un programa cuyas armonías y positividad han sido un pilar en los hogares Santos de los Últimos Días durante generaciones. Cantar aquí ha sido una meta desde la infancia para muchos miembros. Preston Tenney, de 39 años, creció escuchando al coro en Taylor, Arizona, donde hay una fuerte presencia de Santos de los Últimos Días.
Cuando el coro incorporó una orquesta en 1999, el nuevo sonido electrizó a Tenney. “Pensé, ‘Creo que quiero hacer esto cuando sea más grande’”, dijo. Tenney está ahora en su undécimo año como barítono. Conoció a su esposa, Rachel, en el coro y ha cantado en Filipinas, Alemania y Nueva York.
Entre televisión, radio y streaming, “Música y Palabras de Inspiración” ahora cuenta con 5 millones de escuchas semanales.
Fundado en 1847, el coro se convirtió en parte integral de la reputación de la iglesia a finales del siglo 19.
“Aunque el mundo ha cambiado, el propósito de la transmisión sigue siendo el mismo”, dijo Derrick Porter, quien se convirtió en el cuarto presentador del programa el año pasado, en una presentación en video durante la celebración del 13 de julio. “Treinta minutos de paz, transmitidos libremente al mundo”.
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