The New York Times
Por: Arthur Lubow/The New York Times
En una época en que la inmigración es un tema profundamente divisivo en Estados Unidos, la Catedral de San Patricio de Nueva York está develando un enorme mural que retrata la llegada de inmigrantes a la Ciudad en el siglo 19 y en la actualidad.
“Es una celebración de una Ciudad construida por inmigrantes y donde han sido bien recibidos”, declaró el Cardenal Timothy M. Dolan, también Arzobispo de Nueva York. Siendo el primer encargo artístico importante en la catedral desde que se instalaron las puertas de bronce en la entrada de la Quinta Avenida en 1949, el mural será inaugurado el 21 de septiembre.
Con una altura aproximada de 6 metros, el mural, compuesto por 12 grandes paneles, fue pintado por el artista neoyorquino Adam Cvijanovic, quien lo tituló en honor a la canción popularizada por Elvis Costello, “What´s So Funny About Peace, Love and Understanding” (Qué tiene de gracioso la paz, el amor y la comprensión).
Cvijanovic, de 64 años y autodidacta, creció en Massachusetts, donde su padre, nacido en Yugoslavia, impartía clases en la Escuela de Postgrado de Diseño de Harvard. Ha forjado su carrera creando grandes murales que conmemoran acontecimientos históricos y personajes de la vida real, con un romanticismo que se sitúa entre la pintura paisajista y de retrato del siglo 19 y los videojuegos y la publicidad comercial del siglo 21.
Controversia
El mural de San Patricio será un legado perdurable para el Cardenal Dolan, quien, al cumplir 75 años en febrero, presentó su renuncia al Vaticano. (Aún no se ha nombrado a un sucesor). Una semana antes de su cumpleaños, criticó una afirmación del Vicepresidente J.D. Vance de que los obispos católicos estaban a favor de la inmigración porque la iglesia se beneficiaba económicamente de los fondos de reasentamiento. La calificó de “imprecisa” y “calumniosa”. Aseguró que la iglesia pierde dinero al atender a los inmigrantes.
A medida que la inmigración se convertía en un tema polémico, a Cvijanovic le preocupó que la arquidiócesis cambiara su plan. “Pensé que podrían decir, ‘No queremos meternos en estas aguas’ —y ocurrió lo contrario”, relató. “Dijeron, ‘Queremos seguir adelante’”.
Al igual que su mecenas, Cvijanovic sentía que el mural en San Patricio debía ser accesible. “Es importante que la pintura funcione para personas que no tienen relación con la actividad devocional”, dijo. “Quiero que la gente pueda verse reflejada en ella”.
En su mural, inmigrantes modernos —hispanos, asiáticos, negros— aparecen retratados a la izquierda de la puerta. Sentados sobre sus maletas, mirando en diferentes direcciones, parecen, a diferencia de sus homólogos irlandeses de hace más de un siglo, estar esperando. Sobre ellos está el Cordero de Dios. En medio se encuentra Santa Francisca Javiera Cabrini, nacida en Italia y conocida como la Madre Cabrini, quien fundó orfanatorios y hospitales para inmigrantes en Estados Unidos y fue la primera estadounidense en ser canonizada. Detrás de ella está el reverendo Félix Varela, un patriota cubano que huyó a Nueva York, donde, a partir de la década de 1820, fundó iglesias que atendían a los inmigrantes en Manhattan.
Cvijanovic también retrató a los socorristas, con la intención de evocar recuerdos del desastre del World Trade Center. “En el caso de los irlandeses e italianos que vinieron aquí, normalmente los departamentos de bomberos y policía eran el primer buen trabajo que podías conseguir”, dijo. “Hay una larga relación entre la iglesia y los servicios”.
Al preguntársele al Cardenal Dolan si consideró distanciarse de la controversia política que podría generar el mural, dijo que nunca dudó.
“”Si alguien dice que esto habla de la sacralidad de los inmigrantes y de una parte preciada del legado de la iglesia, es sólo es bueno. La inmigración solía ser un principio unificador. Era casi patriótico ser pro inmigrante. Ahora es causa de división. Espero que esto ayude a unir a la gente”, dijo.
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