04/05/2024
03:41 AM

Vuelo de Cazas y crisis sacan a turistas de Egipto

Aviones militares sobrevolaron El Cairo ayer en un aparente intento de mostrar que las fuerzas armadas controlan una ciudad aquejada por saqueos, robos a mano armada y protestas contra el Gobierno.

    Aviones militares sobrevolaron El Cairo ayer en un aparente intento de mostrar que las fuerzas armadas controlan una ciudad aquejada por saqueos, robos a mano armada y protestas contra el Gobierno.

    Minutos antes del toque de queda de las cuatro de la tarde, al menos dos cazas hicieron varias pasadas sobre el centro de la capital, incluida la plaza principal Tahrir, donde miles de manifestantes seguían pidiendo la salida del presidente Hosni Mubarak, que lleva casi tres décadas en el poder. Las autoridades egipcias ordenaron ayer a la Policía antimotines volver a actuar en todo el país tras dos días en que estuvo virtualmente ausente, en los cuales se produjeron numerosos saqueos, mientras el ejército lidiaba con una rebelión popular, informó la televisión estatal.

    Tras varios días de un caos creciente, grupos de hombres armados atacaron al menos cuatro cárceles en diferentes regiones del país antes del amanecer ayer y ayudaron a que escaparan cientos de milicianos musulmanes y miles de otros reos. Turbas de jóvenes armados con armas y palos destruían automóviles y robaban a la gente en El Cairo.

    El Banco Central ordenó mantener cerrados los bancos y la bolsa de valores tampoco abrió en el que debería ser el primer día de operaciones de la semana. Los mercados de Medio Oriente caían por el temor a la inestabilidad en la región.

    Todavía no hay Internet

    La interrupción sin precedentes de todos los servicios de Internet seguía vigente luego de que los cuatro principales proveedores dejaron de transmitir datos desde o hacia Egipto, en una aparente medida oficial para evitar que se organizaran más manifestaciones. Los miles que protestan culpan al Gobierno por la pobreza, el desempleo, la corrupción generalizada y la brutalidad de la Policía.

    La embajada de Estados Unidos en El Cairo les pidió a sus ciudadanos que contemplen irse del país tan pronto como sea posible y autorizó la partida voluntaria de todos los empleados en puestos que no son claves y de las familias de los diplomáticos, una muestra de la creciente preocupación de Washington por la inestabilidad en su mayor aliado en el mundo árabe.

    Éxodo

    Las empresas turísticas intentaban evacuar a sus clientes y las compañías multinacionales a sus empleados, pero decenas de vuelos estaban cancelados o demorados y el aeropuerto internacional capitalino estaba colmado de gente desesperada por irse.

    La secretaria estadounidense de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que su país espera que las protestas lleven a elecciones libres y justas en una transición “ordenada” a una “democracia real”.

    El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo a su gabinete que seguía la crisis “ansiosamente” y que el acuerdo de paz de tres décadas entre Israel y Egipto debe mantenerse.

    Tras una noche de violencia en muchas ciudades egipcias, el ejército envió cientos de soldados adicionales a las calles en vehículos blindados. Camiones con cientos de policías volvieron a las calles de El Cairo y se apostaron en diferentes puntos de la ciudad. En algunos lugares, los residentes los insultaron y cantaron lemas en su contra.

    La televisión estatal mostró al ministro de Defensa Husein Tantawi en uniforme militar en una calle del centro, donde hablaba con soldados y civiles. Luego, cuando se aproximaba el toque de queda, los cazas sobrevolaron varias veces la plaza Tahrir. Algunos manifestantes los aplaudieron y saludaron y otros los abuchearon.

    “Esto es terrorismo; están tratando de asustar a la gente con los aviones y los tanques”, dijo Gamal Ahmed, un técnico de aire acondicionado de 40 años.

    Mubarak, de 82 años, nombró a su jefe de inteligencia, el ex general del ejército Omar Suleiman, nuevo Vicepresidente el sábado, una decisión que perpetua el papel preponderante de los militares en la política del país.