El Gobierno suizo dejó en libertad a Roman Polanski ayer tras rechazar un pedido de extradición de Estados Unidos para el reconocido cineasta, acusado de tener relaciones sexuales con una niña de 13 años en 1977.
Los suizos culparon a las autoridades estadounidenses por no brindarles información confidencial sobre el procedimiento empleado para sentenciar a Polanski en 1977-78.
La contundente decisión podría poner fin a la persecución de Polanski por la justicia estadounidense, que ya lleva tres décadas, a menos que viaje a otro país que esté dispuesto a detenerlo y considerar extraditarlo a Los ángeles. Francia, adonde ha pasado gran parte de su tiempo, no extradita a sus propios ciudadanos, y la extraordinaria repercusión pública de las deliberaciones de Suiza podría disuadir a otras naciones de realizar un arresto tan espectacular.
Polanski seguirá siendo prófugo para la justicia estadounidense, a menos que ésta abandone el pedido de extradición. El fallo suizo es inapelable. La Fiscalía de Los Ángeles y el Departamento de Justicia se negaron a revelar sus próximos pasos.
Altos funcionarios del Gobierno en Francia y Polonia elogiaron el fallo.