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Latinoamérica urge a una reforma del poder mundial

  • 24 septiembre 2014 /

Presidentes de cinco países reclamaron más peso en la toma de decisiones.

Nueva York, Estados Unidos.

Líderes del continente americano reclamaron cambios para que el organismo asuma mayor liderazgo internacional. Las intervenciones reflejaron, además, las preocupaciones de las naciones.

La presidenta argentina Cristina Fernández tuvo la intervención más contundente al pedir que se apruebe con celeridad un nuevo convenio multilateral que regule las reestructuraciones de deuda soberana porque “no son solo terroristas los que ponen bombas; también lo son los que desestabilizan la economía de un país”. Kirchner señaló: “Gran parte de los problemas del planeta, en lo económico y financiero, en terrorismo y seguridad y de fuerza e integridad territorial es por la ausencia de un multilateralismo efectivo, concreto y democrático”.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, hizo un llamamiento a transformar las “estructuras excluyentes” de organismos como el Fondo Monetario Internacional “que no pueden estar gobernados solo por países desarrollados que oprimen a los países en desarrollo”.

El Presidente boliviano fustigó en su intervención a Estados Unidos, país al que culpó de haber creado la inestabilidad en Oriente Medio a raíz de la guerra contra Irak en 2003.

Un reparto del poder más equilibrado

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, incidió también en una reforma de las instituciones mundiales, cuyo reparto de poder actual calificó de “inaceptable”. “Es necesaria una verdadera reforma del Consejo de Seguridad para darle eficacia”, afirmó. Brasil reclama desde hace años formar parte de este órgano decisorio de la ONU como miembro permanente.

La mandataria de Chile, Michelle Bachelet, consideró que la reforma del Consejo de Seguridad “es una tarea pendiente que exige decisión política y acción”. Finalmente, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, pidió cambios y “una representación geográfica más equitativa” en el Consejo de Seguridad, ampliando el número de miembros, y que se limite el derecho a veto “en caso de violaciones graves del derecho internacional humanitario”.