Seis reos más correrán la misma suerte del catracho, entre los cuales se encuentra el mexicano Edgar Tamayo Arias.
Portavoces de la oficina de Justicia Penal informaron a Efe que los preparativos para la ejecución comenzaron en este mes cuando Cubas fue llamado para firmar documentos y decidir si quiere dejar algún testamento de sus pertenencias y disponer a quién le será entregado su cuerpo. Esta es la primera ocasión que a Cubas se le fija una fecha de ejecución, por lo que es posible que tenga numerosas apelaciones a las que podrán recurrir sus abogados, comentaron los portavoces.
El hondureño fue sentenciado a muerte en 2004 por el secuestro y asesinato de la adolescente Esmeralda Alvarado (15), en Houston, Texas.
Tanto Cubas como el salvadoreño Walter Alexander Sorto y Eduardo Navarro fueron investigados en 2003 por la violación y asesinato de Roxana Capulín (24), Teresa Rangel (38), y de Esmeralda Alvarado, cometidos en el área este de Houston. Cubas fue responsabilizado por el asesinato de Alvarado, en tanto que Sorto de los de Capulín y Rangel, secuestradas en el exterior de un restaurante en el que trabajaban, en junio de 2002.
También se relaciona a los tres hombres con la desaparición de la adolescente Laura Ayala (13), quien fue secuestrada el 10 de marzo de 2002.
En febrero del presente año, la Corte Suprema de Justicia rechazó sin explicaciones la revisión del caso de Cubas, abriendo así el camino al condado de Houston para imponer una fecha de ejecución.
Uno de los argumentos de la defensa de Cubas es la violación a la notificación consular, y sostienen que el condenado a muerte no fue notificado en su derecho a contactar con representantes del consulado de su país en la ciudad.
Entrevistado por LA PRENSA
En junio del año 2012, Cubas concedió una entrevista a diario LA PRENSA que lo visitó en el pabellón de la muerte de Allan B. Polunsky, en la pequeña ciudad de Livingston, Texas. “Vivía en la colonia San Miguel. Desde muy joven trabajé en un centro comercial en Comayagüela”, expresó recordando su libertad en Honduras.
Cubas no habló sobre el caso que lo llevó a ser condenado a muerte y aprovechó los 45 minutos para recordar a su familia, país y amigos.
La vida de este capitalino cambió desde que dejó Honduras en 2000. Dos años después fue clasificado por la Policía de Texas como asesino con características de secuestro y rapto de aproximadamente tres a cuatro mujeres. “Me gusta leer, aquí se puede leer mucho y tenemos una biblioteca. No podemos hacer deporte, siempre estamos solos, salimos a tomar el sol solos. Aquí es de película todo, así como se ve en las películas, así es. No tengo miedo, pase lo que pase, estoy preparado mentalmente. Aquí uno solo está esperando a ver qué pasa. La vida es la misma, hay días que no sé si es de noche o de día. Todo lo hacemos solos, llevo ocho años pensando en esto”, dijo resignado.